Honrar las deudas da crédito

Honrar una deuda es pagarla en los términos en que se contrajo, es cumplir un contrato, escrito o tácito. Crédito es creer; significa confiar, tener confianza. Es de lamentar que en estas cuestiones nuestro país ande cada vez peor, lo que lo está llevando

Honrar las deudas da crédito

En materia de incumplimiento de los contratos sobresale nítidamente el Estado argentino, quien debiera dar el ejemplo de honrar sus obligaciones. Hace pocos días nos hemos referido al grave caso del default de fines de 2001, el más grande de la historia en ese momento. En las últimas semanas se ha agregado el pago en pesos de un préstamo contraído en dólares por la Provincia del Chaco, en razón de que el BCRA no le otorgó las divisas para pagarlo.

El Gobernador de esa provincia anunció que pesificará las deudas contraídas en otras monedas. Pero reina la confusión ya que un día se dice una cosa y al día siguiente lo contrario, nadie está seguro de que se cumplirán los contratos.

La consecuencia es la incertidumbre, la desconfianza, el descrédito; se instala el cortoplacismo en las decisiones empresarias y de los agentes económicos en general, se buscan “negocios de oportunidad”.

No hay bases para pensar en el largo plazo porque nadie puede asegurar que podrá disponer tanto del capital invertido como de los beneficios que se obtengan. Justamente el incumplimiento de los contratos, como el caso de los bonos, implica una violación del derecho de propiedad.

Hay quien por ignorancia cree que no pagar las deudas es bueno para el país, cuando es lo contrario. Y no nos referimos sólo a la deuda externa, hay casos tanto o más graves, como la enorme deuda del Estado nacional para con los jubilados.

En los últimos años el Gobierno nacional ha realizados actos graves de violación de los derechos de propiedad, como la estatización de los fondos de jubilaciones y pensiones de las AFJP, que la administración de la Anses usa para cualquier cosa menos para los fines que se constituyeron. La intervención de Aerolíneas Argentinas, cuya realidad jurídica es una nebulosa, les cuesta a los contribuyentes cientos de millones de dólares. No ha sido mejor el procedimiento de expropiación, sin pagar, del 51% de las acciones de YPF.

Es precisamente este caso uno típico de los efectos sobre el crédito; hace meses que el presidente de la petrolera gira por el mundo tratando de encontrar financiamiento para las inversiones, pero poco o nada ha conseguido. Ha sido otra vez la Anses quien hace unos días ha debido poner dinero.

La realidad es que Argentina no tiene crédito internacional y las inversiones extranjeras directas son cada día más escasas. Sin crédito e inversiones externas el desarrollo económico es muy difícil.

El ahorro interno, aunque importante, también ha sido ganado por la desconfianza, especialmente por el cepo cambiario. Pero además un Estado que hace tiempo no puede cubrir el creciente gasto público con recursos genuinos se apodera de todo excedente, tanto dentro del sector público como del sector privado.

Es habitual que las empresas se quejen por la falta de crédito que le impiden crecer, pero lo cierto es que el Estado desplaza a los privados en la competencia por los ahorros. Las provincias con sus finanzas en rojo salen a colocar bonos en el mercado interno o toman crédito de los bancos, fondos que obviamente no pueden ir a la actividad privada.

En definitiva, no honrar las deudas ha dejado al país sin crédito. Deberíamos recordar que honrarlas da crédito.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA