La policía de Hong Kong frustró otra interrupción de la actividad en el aeropuerto por parte de activistas a favor de la democracia, pero se enfrentó con los manifestantes en varias estaciones del metro, mientras los disturbios de varios meses de duración no dan indicios de disminuir, incluso después de que el gobierno les ofreciera una concesión unos días antes.
La policía montó retenes en carreteras e inspeccionó a los pasajeros de trenes y ómnibus que se dirigían al aeropuerto para expulsar a los manifestantes. Un periodista de AP en una zona próxima al aeropuerto presenció cómo al menos dos pasajeros de un colectivo eran esposados y llevados lejos después de que la policía encontrara máscaras antigás en sus valijas.
El servicio de tren expreso al aeropuerto era limitado, ofreciendo sólo el servicio hacia y desde el centro de Hong Kong pero saltándose todas las estaciones intermedias. Sólo las personas que tenían boletos de avión podían entrar en las terminales del aeropuerto, y las demás eran ahuyentadas.