La trama es simple, un viaje que unirá a dos personas desconocidas, que sin pensarlo tienen mucho en común. Dos hombres, una bicicleta y una ruta que los conduce al norte del país; para llegar a ese punto que perdieron en sus vidas. El prototipo de hombre moderno que lucha por los objetivos, a pesar de las vicisitudes.
Con la dirección y dramaturgia de Fernando Mancuso “Bicidoro” es la nueva obra que, junto a Francisco Molina, terminaron de ensamblar el año pasado; y este sábado presentarán en forma oficial en el Teatro Universidad.
Por un lado está Isidoro (Mancuso), un escritor perdido, sin éxito en las relaciones humanas y mucho menos con su trabajo. Apasionado y siempre un poco alejado de la realidad, quiere encontrar ese norte que perdió. En el trayecto se encontrará con Rufino (Molina), un ciclista que sufrió un grave accidente y -ya recuperado- busca terminar la carrera “pedal a pedal”; una competencia que tiene como objetivo recorrer toda la Argentina.
-¿Qué los une a Isidoro y Rufino?
-Ambos son dos resilientes que buscan ese norte perdido. Entonces, a partir de ese resiliencia, quieren encontrar sus sueños. En este caso la tragedia es el motor para tener algo mejor. Isidoro es un apasionado, es un gran lector, ampuloso, que no tiene éxito como escritor y siempre está lejos de la realidad. En cambio Rufino es un gran luchador, que luego del accidente perdió a su familia y quiere cumplir esa hazaña que dejó a mitad de camino.
-La bicicleta, ¿cumple alguna tarea especial?
-La bicicleta en el desarrollo de la historia se transforma en un personaje más de la obra. En realidad ese transporte es la mímesis de Rufino, son sus piernas. Y en el proceso creativo la corporalidad y el talento de Francisco son fundamentales. Su trabajo físico con el elemento logra enriquecer la historia.
Con una puesta despojada, toques de poesía y humor, Mancuso apuesta a resaltar las actuaciones y el grotesco de las situaciones, que son el puntapié para desgranar esa metáfora que encierra el vínculo de los personajes. Allí se pondrán en valor la amistad, la solidaridad y la perseverancia.
-¿Cómo fue la producción dramática de la obra?
-Los textos surgieron de una exploración en conjunto. El poeta se identifica con esas pasiones de Girondo, Rubén Darío, se para en un marco más romántico. Pero de alguna manera los Rufino e Isidoro se asocian al espíritu del Quijote, las aventuras y la búsqueda de las utopías.
-Los que vayan a ver "Bicidoro", ¿con qué se van a encontrar?
-Con dos personajes que le van a inspirar ternura y risas. Y en el transcurso de la historia irán construyendo esta metáfora del mundo contemporáneo, con esos hombres que luchan pese a las adversidades, por encontrar sus sueños y objetivos.
