El hombre del cabello rosa

Las razones de por qué el presidente ruso, Vladimir Putin, sacó de un callejón sin salida a Barack Obama en la crisis siria.

El hombre del cabello rosa

Estaba en una conferencia en Berna, Suiza, luchando con mi columna la semana pasada. La noticia de la propuesta de Rusia para que Siria entregara su gas venenoso apenas se estaba dando a conocer y cambiaba con cada hora que pasaba, obligándome a reescribir mi columna cada hora.

Para despejarme, salí a dar una larga caminata a lo largo del río Aare, por la calle Schifflaube. En el camino, encontré una pequeña tienda de abarrotes y me detuve a comprar algunas nectarinas. Mientras me dirigía a pagar, tenía la mirada abajo, rebuscando mis francos suizos, y cuando levanté la mirada para ver al cajero, quedé sorprendido: tenía cabello rosa.

Una enorme mata de cabello rosa neón: muy euro-punk de los '90. Mientras me estaba cobrando, pasó caminando una joven mujer, y él le sopló un beso a través del ventanal con total despreocupación.

Al observar todo este 'joie de vivre', pensé para mis adentros: "Vaya, ¿acaso no sería bueno ser suizo? ¿Incluso, quizá, ostentar un poco de cabello rosa?".

Aunque no puedo asegurarlo, tuve la sensación de que el hombre del cabello rosa no se debatía dolorosamente en torno al uso apropiado de la fuerza en contra de Bashar Assad. No era su culpa; su país es diminuto.

Supongo que preocuparse por Siria es el impuesto que se paga por ser estadounidense o un presidente estadounidense; y venir de la potencia más fuerte del mundo que sigue creyendo, bendita en mi opinión, que tiene que proteger a los comunes del mundo.

Hubo una época en que Barack Obama tuvo el cabello negro. Sin embargo, ahora está gris, no rosa. Ese también es el impuesto que se paga por pensar demasiado en Oriente Medio: conduce ya sea a canas o nada de cabello, mas no a cabello rosa.

Bien, traigan la Fórmula Grecian, porque nuestros líderes la necesitarán. Lo que más me dejó todo el embrollo de Siria es que -con Europa convaleciente, China ausente sin permiso y el mundo árabe en convulsión- para que un presidente estadounidense siga dirigiendo, se requerirá de más ayuda de Vladimir V. Putin porque nuestro presidente recibirá menos ayuda de todos los demás, incluido el pueblo estadounidense.

Todos están concentrados en el liderazgo nada impresionante de Obama en esta crisis, pero, por mi dinero, los dos principales actores que dieron forma al resultado -en formas que no se habrían pronosticado pero tendrán enormes implicaciones a largo plazo- fueron Putin y el pueblo estadounidense.

Obama fue tomado desprevenido por ambos ¿Qué nos dice esto?

El hecho que los estadounidenses le ordenaran abrumadoramente al Congreso que votara en contra del bombardeo de Siria por su uso de gas venenoso, nos dice hasta qué grado buena parte del cisma con respecto a este tema en Estados Unidos no era de izquierda versus derecha, sino de arriba versus abajo.

La intervención en Siria iba impulsada por élites y debatida por élites. No era un tema de las bases. Pienso que muchos estadounidenses no pudieron entender por qué estaba bien que permitiéramos que 100.000 sirios mueran en una guerra civil/insurrección, pero teníamos que detener todo y bombardear al país porque 1.400 personas fueron asesinadas con gas venenoso.

Otros y yo mismo expusimos un argumento sobre la razón por la cual, de hecho, necesitábamos trazar de nuevo esa línea roja, pero muchos estadounidenses al parecer creían que todo lo que estábamos haciendo es trazar una línea roja en un charco de sangre. ¿Quién lo notaría siquiera?

Muchos estadounidenses también entendieron que cuando se trataba de nuestro registro en el mundo árabe-musulmán desde el 11 de setiembre de 2001, íbamos 0 a 3. Todo parece indicar que Afganistán se dirige al fracaso; sin consideración a lo que ocurra en Irak, se pagó excesivamente; y Libia vio el reemplazo de un tirano por guerras tribales.
 
Creo también que mucha gente ve a los rebeldes en Siria y oye a muy poca gente que suena como Nelson Mandela; esto es, personas luchando por el derecho a ser ciudadanos iguales, no sólo por el triunfo de su secta o 'sharia'. Es por eso que la encumbrada retórica intervencionista de John McCain fue recibida con un "No hay Venta".
 
Además, creo que la población se percató de la ambivalencia de Obama, su retórica churchiliana de esto no debe prevalecer, chocó con su "Pensándolo bien, voy a pedirle permiso al Congreso antes de que yo monte un esfuerzo determinado, y no llamaré a los legisladores para que interrumpan sus vacaciones a fin de hacerlo así". El bombardeo iba a ser mayor a un "piquetito" pero también "increíblemente pequeño". Sencillamente no cuadraba.

Finalmente, hubo una pregunta del tipo de "¿Acaso están jugando?" debajo de todo, una sensación de que con el estancamiento de los ingresos de la clase media, brechas salariales en crecimiento y desempleo aún generalizado tanto entre oficinistas como trabajadores de fábricas, muchos estadounidenses estaban preguntando: "¿Es ésta la emergencia que ustedes están presentando ante el Congreso? ¿Siria? ¿De verdad? ¿Es esta la línea roja que quieren trazar? Yo no tengo trabajo, ¿pero esta cosa de Siria es lo que no resistirá?"

En cuanto a Putin, si él no hubiera intervenido con su propuesta para convencer a Siria de que entregue todo su armamento químico, Obama habría tenido que ya sea bombardear Siria sin aprobación del Congreso o escabullirse.
 
¿Entonces, por qué salvó Putin a Obama? En parte, sin duda, porque sintió que la única forma en que él podría salvar a su cliente, el presidente sirio era, igualmente, salvar al presidente estadounidense. Sin embargo, el mayor factor es que Putin realmente quiere ser visto como un gran líder -así como relevante- del mundo. Esto alimenta su ego y cae bien al mismo tiempo entre su base.

La pregunta ahora es: con el pueblo estadounidense orillado y Putin en titulares periodísticos, ¿podemos mejorar la intervención de Putin para que se nos una a fin de forjar también un cese al fuego en Siria y, quizá, incluso seguir adelante para intentar ponerle fin conjuntamente a la crisis nuclear de Irán?

Coincido con Obama en lo tocante a esto: sin consideración a cómo llegamos a este punto, estamos potencialmente en un mejor lugar. Así que sigamos adelante. Probemos realmente hasta dónde irá Putin con nosotros. Me siento escéptico al respecto, pero vale la pena intentarlo una vez. De lo contrario, el cabello de Obama no sólo se habrá vuelto gris por Oriente Medio en estos tres años siguientes, sino que terminará calvo.

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