“Las casas parecen el lugar más seguro, pero la rutina hace que no se cuide el peligro, que es obvio”, subrayó el pediatra Daniel Miranda. Es que en este ámbito suelen ocurrir gran parte de los accidentes en la infancia, especialmente entre el año y los 5 de vida del niño. “Lo cotidiano hace que nos volvamos desaprensivos y los riesgos hacen inseguro el hogar”, explicó.
Enumeró algunos de los lugares o situaciones en que suelen ocurrir los accidentes, algunos de los cuales pueden tener consecuencias fatales.
En la cocina, las hornallas y hornos encendidos, las ollas con líquidos calientes que se dejan cerca de los bordes del artefacto y los objetos punzantes, son una verdadera amenaza.
El mobiliario también puede representar un peligro: televisores y bibliotecas que se caen sobre el chico y hasta las cuchetas en los dormitorios.
Las escaleras, los balcones y las piletas que no tienen vallas requieren de un adulto atento que no siempre lo está.
A esto se suman los garajes, donde además de caerse objetos encima y haber herramientas peligrosas, al guardar o sacar el vehículo muchos niños resultan atropellados.
Por eso, el médico destacó la necesidad de que especialmente en la edad señalada haya siempre un adulto supervisando las actividades del pequeño.