En uno de los partidos de la Séptima fecha del Apertura de seniors caballeros, Murialdo venció a Bernardino Rivadavia, por 7-5. Los demás juegos de esta ronda de lances se disputaban al cierre de esta edición.
En la década del 90 Murialdo era un equipo con mucha mística, con un técnico como Oscar Oruez, que supo inyectarle a un grupo de jóvenes un juego virtuoso y por eso consiguieron tantas copas. Uno de esos muchachos era un tal Néstor Perea, el mismo que hoy comanda a otro pack de jugadores, que tienen u talento para esto de patinar y pegarle a una bocha con un stick.
Claro que al grupo le falta más maduración, pero van por el camino correcto y ayer lo demostraron, porque perdían 3-0 una vez que había finalizado el primer tiempo y en el según lapso, fueron una máquina amarilla demoledora, empataron el juego y después se llevaron tres puntos maravillosos.
Bernardino jugó un partido perfecto en los primeros 25 minutos; Lautaro Rossi muy temprano quebró el cero y a los minutos Pablo Cortes puso de nuevo en ventaja al Xeneize esteño y justo en el final, Alberto Pippi, puso la tercera cifra para los rivadavienses.
¿Era un marcador inalcanzable para los Canarios? Cualquiera lo hubiese pensado, porque Murialdo a esas alturas jugaba a cualquier cosa, menos al hockey.
Pero siempre hay un complemento, y ahí los de Perea fueron más que su rival. Buena actuación de Pablo Sáez y Germán Nacevich.