¿Se imaginan un año en Mendoza sin Fiesta de la Vendimia? ¿Y un espectáculo inspirado en los cristales de las botellas y copas de vino? ¿O una reina departamental que no haya obtenido ni un solo voto en la elección nacional?
Estas y otras curiosidades más repasa este repaso de la máxima celebración mendocina, que está cumpliendo 83 años de historia. Familias de reinas -sean madres e hijas o hermanas-, traslados imprevistos de escenario, suspensiones de último momento por reclamo de los artistas o porque de repente caen una grúa y una parrilla de luces sobre las gradas del Frank Romero Day.
Candidatas en campaña semidesnudas, el surgimiento de la repetición cuando se proclama la primera virreina vendimial... Es mucho lo que sorprende si hacemos memoria de esta fiesta, que es mundialmente reconocida como uno de los eventos culturales y turísticos más importantes, que cada año agota localidades en apenas unas horas para su Acto Central, que se suma como "satélites" eventos relacionados a la fiesta y que copa la agenda de los medios durante al menos tres meses antes de su "cosecha" escénica.
La corona queda en casa
Las hermanas Elba e Isabel Espósito, de San Martín, fueron reinas nacionales. La primera, en 1963 y la otra, ocho años después. Otras hermanas conocidas por todos son las Otero. En este caso, Dana fue electa reina en 2004 -llevó sus atributos a Rivadavia- y Tamara, virreina en 2010 -representó a Junín-. Pero el traspaso de corona también ha ocurrido entre madre e hija, con Violeta Mighetto en 1954 y su niña Patricia Mónica Castro, coronada en 1978.
Soberanas que hacen historia
La actual virreina de la Vendimia 2018, María José Di Marco, se convirtió en la primera madre en portar los atributos reales.
Mucho más allá en el tiempo, la maipucina Martha Edith Manzotti es la reina más joven: fue electa en 1966 cuando apenas tenía 14 años. Y Adelina Tello fue la única en no hacer traspaso de corona, cuando a principios de los 60 su padre le prohibió asistir a la fiesta porque el gobierno de entonces lo había dejado sin trabajo.
La soberana vendimial que más votos ha cosechado en la historia -desde 1936 a la actualidad- es Graciela Cristina Ortega, quien arrasó con 131 sufragios en 1977.
Las reinas "hot"
Con la llegada de este nuevo milenio, la tradición vendimial tuvo sus momentos de turbulencias al punto de enterrar el conservadurismo que en ella habita desde su creación. Sobre todo en la mística -siempre efervescente- del reinado. Así tuvimos en 2011 a la primera "reina hot" con la candidata de Las Heras, María Florencia Laguna Alberti, cuando se filtraron videos de alto voltaje en las redes sociales.
Antes, en 2003, ese mismo departamento había ofrecido una campaña "caliente" de su reina departamental, Gisela Gaviola Bianchetti, posando apenas tapada con hojas de parra. Luego, el fotógrafo de la producción aclaró que la joven vestía una malla de donde se prendían las hojas y no había posado desnuda.
Empate, azar y repetición
Corría el año 1948, la fiesta llevaba apenas 12 años instaurada en el calendario cultural y turístico de la provincia, cuando se da el primer empate en la votación a reina vendimial.
Tras el acto, que entonces se realizaba en la Rotonda del Parque General San Martín ante unos 60 mil espectadores, la representante de San Rafael, Hebe Magrini, y la de Guaymallén, Aurora Vega, consiguieron la misma cantidad de sufragios. Como ya era tarde y el jurado lo conformaba un número par, se decidió que la fiesta se repitiera la noche siguiente y que el destino de la corona se definiera mediante bolillero.
La suerte favoreció a la sanrafaelina, tras lo cual la chica de Guaymallén inauguró el virreinato de la Vendimia que se mantiene hasta la actualidad. Y nació así la primera noche de repetición. En 2017 se incorporó una segunda repetición, o sea tres noches vendimiales en el Frank Romero Day.
Sólo dos años sin celebración
La Fiesta Nacional de la Vendimia no se realizó en 1956, a raíz de una fuerte crisis económica en el país y, en particular para Mendoza, de una epidemia de polio que afectó a cientos de niños. Luego, más acá en el tiempo, el terremoto de enero de 1985 derrumbó la planificación vendimial de ese año y tuvo que ser postergada.
Críticas en el debut del Frank Romero Day
En 1963 queda inaugurado el imponente teatro griego Frank Romero Day, y desde la fecha a la actualidad -salvo una excepción- se convirtió en el escenario natural para el desarrollo de la Fiesta Nacional de la Vendimia. Sin embargo, en ese época el público se quejó de la capacidad limitada del espacio, ya que hasta ese momento la celebración se hacía en el Autódromo o la Rotonda del Parque General San Martín y convocaba a unas 100 mil personas.
En cambio, el Frank Romero Day ofrece lugar a no más de 25 mil espectadores sentados, más allá de los cerros aledaños al teatro griego que cada año se llena de gente (de hecho, hasta se instala una gran pantalla por donde seguir paso a paso el despliegue artístico). Abelardo Vázquez, el innovador de las fiestas, fue quien -entre otras novedades vendimiales- utilizó por primera vez los cerros como escenarios para la puesta de sus vendimias.
Y hasta una vez propuso "Vendimia de cristal" inspirada en los cristales de las botellas y copas de vino. Para muchos, Vázquez fue todo un visionario de su tiempo y son pocos artistas los que han podido superarlo. De hecho, puede ser considerado el que fijó el género vendimial.
Quejas por la votación
El reglamento de la fiesta, sobre todo en lo referido al mecanismo de elección de la reina, ha sufrido modificaciones en su historia, acomodándose a los tiempos que corren. El año 2017 hasta el momento fue el único en el que la soberana electa, Victoria Colovatti, obtuvo su coronación mediante el voto popular.
Sólo los espectadores del espectáculo, según la terminación de sus DNI sorteados en ese contexto, pudieron votar a su candidata preferida, dejando a un lado el voto de intendentes, reinas y virreinas de mandato cumplido, prensa o invitados especiales. El mecanismo (que se pretendía democrático y soberano para que la elegida sea realmente una representante del pueblo mendocino) no resultó del todo feliz. De entre los 300 sufragios, la candidata de Malargüe no obtuvo ninguno.
Ni el dedicado “a todas las reinas”, ya que no era posible. Ese mismo año se volvió a modificar el procedimiento y la actual soberana 2018, Julieta Lagos, fue elegida tras el voto del público, de los 18 intendentes y de reinas y virreinas de mandato cumplido.
Además, el año pasado debutó el voto electrónico.
Crisis, escándalos y (casi) tragedias
La celebración de 2002 será recordada como la más austera de todas, quizás, y la que pasó más desapercibida. El país atravesaba una de sus crisis económicas, sociales y políticas más profundas, con helicópteros incluidos.
El entonces gobernador Roberto Iglesias decidió trasladar el espectáculo al estadio Malvinas para hacer de él algo más simple y menos costoso.
El Carrusel y la Vía Blanca no contaron con palcos oficiales para los políticos de turno y hubo marchas, escraches y manifestaciones en varias esquinas de la ciudad. Gracias al aporte de empresas privadas, las reinas tuvieron sus frutos o regalos para cumplir con la tradición, pero fueron escasos.
El estadio mundialista debutó como escenario para nunca más repetir la experiencia en una fiesta dirigida por Héctor Moreno ante apenas unos 18 mil asistentes.
Hablando de crisis, el año 2011 también estuvo marcado por el reclamo de los artistas en la primera noche de repetición cuando las autoridades no dieron entradas a sus familiares. La rispidez entre las partes y la falta de consenso se extendió al punto de cancelar las repeticiones.
Otra cancelación fuera de libreto -imprevista, digamos- se dio hace dos años al caer una grúa y una parrilla de luces sobre las gradas del teatro griego Frank Romero Day... ¡la noche del ensayo general! Los artistas en escena quedaron tan impactados ante semejante accidente -que por suerte no tuvo que lamentar heridos- que muchos decidieron no actuar.
El Acto Central se pasó para ese domingo, mientras el sábado los operarios trabajaban a contrarreloj para volver a dejar a punto el lugar y los funcionarios balbuceaban antes de confirmar la realización de la fiesta al día siguiente.