Jaguares de Argentina, perdió ayer la final del torneo Super Rugby al caer ante ante Crusaders, de Nueva Zelanda, por 19 a 3 (primer tiempo 10 a 3), en una definición celebrada en la ciudad de Christchurch y en la cual fue superado sin atenuantes por un equipo que fue más sólido y efectivo. El partido se jugó en el Orangetheory Stadium, Crusaders logró su tercer título consecutivo y décimo de su historia ante una franquicia argentina que llegó por primera vez a la final.
Crusaders es una máquina perfecta de jugar al rugby, casi no comete errores, es efectivo, posee un notable oficio y no perdona ninguna ventaja del adversario. La prueba es que por tercera vez en la historia del torneo, Jaguares no convirtiera un try en un partido. Ante esto, nuestro equipo opuso, en esta, su primera final, una concentración tal que llevó a los oceánicos que apenas sumaran un try, cuando habían llegado a esta final acumulando 81, con un promedio de 4,5 por cotejo.
Crusaders tuvo dos chances para quebrar el ingoal y en la primera lo consiguió aprovechando una pérdida de balón por el notable Sam Whitelock y concretada con una corrida del hooker Taylor, mientras que Jaguares contó con tres chances de try, todas de Matías Moroni, y no marcó.
Moroni estuvo a centímetros de apoyar pero se lo impidieron Bryan Hall en el primer tiempo, Jack Goodhue en el segundo y no llegó atrapar un balón tras un kick de Domingo Miotti, quien reemplazó a Díaz Bonilla. En un partido de desarrollo muy trabado, a puro contacto, Crusaders sacó la ventaja necesaria y luego se valió de la excelente patada de Mo'unga que tuvo ciento por ciento de eficacia y que pide a gritos titularidad en los All Blacks.
Jaguares se lució en defensa en el primer tiempo, sin cometer penalidades y con un notable tackle, pero empleó mal el kick en un partido en el cual Díaz Bonilla (que puso al equipo al frente 3-0 con un penal a los 15 minutos) dejó demasiados balones en cancha posibilitando que Crusaders recibiera muchas pelotas aptas para la ofensiva con llamativa facilidad, pateó mejor, controló una de las armas más fuertes del equipo de Quesada, el maul, fue fuerte en el line y muy compacto en el scrum.
Un partido en donde las fases no abundaron, en donde los espacios escasearon y en el cual Crusaders, que suma 31 cotejos invicto en Christchurch y que le ganó a Jaguares las tres veces que jugaron, mostró como figuras a Whitelock, Mo'unga y al tercera línea Matt Todd.
Jaguares culminó un notable torneo y perder la final ante un equipo que es, sin dudas, superior, no alcanza a minimizar todo lo bueno realizado con 13 triunfos y seis derrotas.
Se van Pablo Matera y Tomás Lavanini para continuar con sus carreras en Europa, pero hay recambio, variantes y un enorme futuro para una franquicia que se ganó definitivamente el respeto de tres potencias del hemisferio sur y que será la base del seleccionado argentino que intervendrá en el próximo mundial de Japón.