San José es una verdadera fiesta. A horas de jugarse la gran chance de ascender por segunda vez en su historia al Torneo Federal (tercera categoría Nacional), en el torneo local, su gran obsesión, se clasificó para jugar la gran final del Apertura A1, nada más ni nada menos que contra el Centro Deportivo Rivadavia.
Sin dudas, el Naranja, es el mejor equipo mendocino de los últimos cinco años, tal es así que jugará su 13era. final consecutiva a nivel local y su 15ta. si se toma en cuenta las dos final four que disputó en la Liga C en los años 2011-2012.
En el tercer y último juego de semifinal, San José doblegó a Anzorena por 10 puntos: 90-80 y liquidó la serie a su favor por 2-1. Fue una serie semifinal especial en todo sentido. Pisaron el rectángulo de juego más de 15 jugadores formados en el semillero de la "Catedral", por eso, cuando sonó la chicharra final, el Garza Rubia, rompió en llantos por haber eliminado al club de sus amores.
Facundo Rubia es ídolo en calle Olascoaga y en calle Bandera Los Andes. Sus 27 puntos demostraron una vez más que es un jugador diferente, desequilibrante y que tiene cuerda para rato.
El que estuvo imparable y jugó su mejor partido desde que se calzó la camiseta de San José fue el polifuncional Agustín Paparini, quien aportó 24 puntos. Simpre apareció en los momentos justos, cuando la pelota quemaba y fue un dolor de cabeza para los internos de la Sexta.
Desde el banco de suplentes, saltó a la cancha el ex Regatas, Gastón Guevara, quien sumó 28 puntos y fue una verdadera pesadilla en el uno contra uno y en cada salida rápida en transición.
Por el lado del equipo de David Suárez, el base Nicolás Aguilera, fiel a su costumbre, fue el abanderado de su equipo y con 26 puntos demostró que más allá de su habitual categoría, cuando se calza la camiseta de Anzorena, juega con el corazón. Fue un verdades espectáculo, con pasajes de juego de otra categoría, a sala llena y con jugadores de otro nivel.