Después de un 2017 pletórico de excelentes películas (variadas, controvertidas, osadas y hasta inolvidables), este año la vara estaba realmente alta. De más está decir que, si abrimos el panorama, la cosa es bastante pobre en relación al año pasado, cuyas producciones fueron premiadas a principios de este año entre grandes riñas y opiniones cruzadas.
Hay, sin embargo, varias joyitas por ahí dispersas. Suelen ser excelentes películas de género, como la terrorífica "Hereditary", pero pocas de ellas son lo suficientemente perfectas y orgánicas como para competir por un gran premio, como el Oscar a Mejor Película.
Ha habido mucho superhéroe, ciertamente: "Aquaman", una nueva entrega de "Spider-man", "Avengers: Infinity War" y, especialmente, "Pantera negra", que marca un hito al llevar a la gran pantalla a un superhéroe negro. Y sí: ya era hora.
Sin embargo, lo más interesante pasó por otro lado. El terror, por ejemplo, exploró discursos muy interesantes. Ya nombramos a esa perturbadora máquina diabólica que es "Hereditary" (Ari Aster), una historia que lleva al espectador por diferentes atmósferas, tributando a su vez a algunos clásicos del género, hasta desbarrancarse en un horror inenarrable.
Ha sido un año, además, bastante "sensitivo", que exploró otras formas del miedo: "Un lugar en silencio" (John Krasinski) explotó eficazmente una historia en un espacio cerrado y centrada exclusivamente en lo que se oye, mientras que la recientemente estrenada "Bird Box: a ciegas" (un thriller, en realidad, de Susanne Bier) hizo lo mismo, aunque con ciertos clichés, con la vista. Ambas contaron con excelentes actrices (Emily Blunt y una "renacida" Sandra Bullock, respectivamente).
Dos películas musicales han sido notorias. Pues sí, Rami Malek tenía un difícil trabajo a la hora de trazar la personalidad de Freddie Mercury en "Bohemian Rhapsody" (Bryan Singer), que fue una de las películas más esperadas del año. Lejos de ofrecer una caricatura, su caracterización fue perfecta. Tema aparte quedan las polémicas que envolvieron la película, como aspectos que quedaron tristemente lavados de la trama (como su sexualidad).
La película es efectiva con su grandiosa puesta y, obviamente, las canciones de Queen ya garantizaban la buena experiencia. Más arriesgada fue "Nace una estrella": porque Bradley Cooper debutaba como director, porque Lady Gaga asumía un papel hondo y desafiante, y porque la música era además original. Y aunque la historia en sí misma no es extraordinaria (un relato clásico, conmovedor y con giros previsibles), se montó con tal destreza y sensibilidad que hoy ésta es una de las mejores candidatas en todos los premios. Lady Gaga se reafirmó como una actriz de primera línea y Cooper, quien se luce en su faceta de cantante, demostró que es un sólido director y aun mejor actor.
"El infiltrado del KKKlan" (Spike Lee) es otra de las preferidas en los premios. Una vez más, la temática del racismo vuelve a tocarse, aunque esta vez de una forma más relajada, sin la pátina moralizante que suele encantar a la Academia. ¿Otros destacados? "La buena esposa" (Björn Runge), donde Glenn Close nos recuerda lo gran actriz que es, y, según dicen (porque aún no llega a nuestras salas) "La Favorita", de ese griego paranoico que es Yorgos Lanthimos, con Emma Stone.
Cerrando el panorama al cine en español, ha ciertamente conmocionado el estreno de "Roma", de Alfonso Cuarón, en Netflix. Los espectadores, especialmente los latinoamericanos, han pactado una cariñosa empatía con la protagonista (la nana de la infancia del cineasta mexicano, aquí interpretada por una soberbia Yalitza Aparicio). Por su temática, por su ambigüedad política y por su perfección técnica, es la gran candidata para llevarse el Oscar a Mejor Película en Habla no Inglesa (aunque todavía no esté oficialmente nominada). Cuarón la hizo según los moldes del éxito asegurado y la conveniencia.
Entre las argentinas, destaca "El Ángel", la historia de Robledo Puch filtrada a través de la sensibilidad de Luis Ortega: sincera, esteticista, osada. Era nuestra mejor candidata a los próximos Oscar y no pudo ser. Junto a ella, algunos recordarán "Acusada", "Mi obra maestra","Rojo" e incluso ese universo ambicioso y fascinante que es "La flor" de Mariano Llinás, filme de casi 15 horas y ganador del último Bafici.
Mendoza, por su parte, se ha convertido en un polo importante con un festival de proyección, desde este 2019, iberoamericana: el Festival Graba. Allí fue estrenada, por ejemplo, "Buenos Aires al Pacífico" (Mariano Donoso), que en el año ha pasado por varios festivales internacionales. Por su parte, también hacen su recorrido internacional "Los ojos llorosos" (donde Cristian Pellegrini vuelve a hablar de diversidad) y "Muere, monstruo, muere", de Alejandro Fadel, que compitió en Un Certain Regard en el Festival de Cannes.