Con un equipo totalmente renovado, que al comienzo despertaba incertidumbre en los hinchas, bajo la dirección técnica de Carlos Roldán, San Martín iniciaba un nuevo camino en busca del ansiado ascenso a Primera División del fútbol argentino. Atrás habían quedado temporadas donde el León de Víctor Riggio, había estado cerca de tocar el cielo con las manos.
Por todas esas campañas que lo tuvieron como protagonista, el Chaca se había ganado un respeto y un lugar importante en la categoría. Entonces, el desafío pasaba por mantener bien arriba el prestigio del albirrojo.
La tarea no iba a ser sencilla. En tiempo de devaluación y austeridad (cualquier comparación con la actualidad es pura coincidencia) la dirigencia intentó equilibrar las finanzas: se desprendió de figuras rutilantes y con contratos onerosos como Pancho Martínez, Leo Aguirre, Gustavo Raggio y Chiquito Benítez, entre otros, y a la base de futbolistas del club, le sumó apellidos menos pesados. Repatrió al Pamperito Coria, llegó Pachi Larroque para el arco y sumó experiencia con Nasta y Zwenger. En la delantera, el ex Cipolletti, Bachi Iachetti, era una apuesta importante.
Aunque le faltó regularidad para plasmarlo en el campo de juego, el equipo de Roldán propuso casi siempre un juego vistoso. Los encuentros ante Argentinos e Instituto marcaron lo mejor del equipo, por la condición de sus rivales y por el gran fútbol que mostró. Solidez, equilibrio y contundencia.
El Albirrojo tuvo un arranque prometedor con una goleada frente a Defensa y Justicia y un empate en Jujuy, pero después empezó a padecer el karma de la visita. Conseguía buenos resultados en casa, pero no podía conseguir un triunfo en terreno ajeno, recién en Salta (fecha 12) con el gol de Víctor Zwenger volvió a la provincia con los tres puntos. Este fue el motivo principal de la irregularidad que evidenció en esta temporada, porque no ganar afuera reduce las chances para luchar en los primeros lugares.
La levantada del final le sirvió para ilusionarse con pelear en la cima, pero se tuvo que conformar con la sexta posición.
Ya en el Clausura 2003, el equipo exhibió su madurez y peleó por el título hasta la última fecha. El sábado 21 de junio, se jugaba la posibilidad de ganar el Clausura. Para eso debía vencer a Rafaela y esperar que Argentinos perdiera con Gimnasia de Entre Ríos. San Martín ganaba fácil (2-0), pero Rafaela dio vuelta el partido, ganó 3-2 y consiguió el ascenso directo a Primera División porque ya había ganado el Apertura.
Sin embargo, por haber terminado cuarto en la tabla general, al Chaca le quedaba la última oportunidad en la Promoción frente a Talleres de Córdoba. El 9 de julio, ante unas 20 mil personas en el Malvinas Argentinas, la "T" sacó ventaja con un gol en offside del Yerbatero González. Una semana después, en el Chateau Carreras, el Albiazul ganó 1-0 (gol del Gordo Real) y mantuvo la categoría.
Pese a su gran esfuerzo, el León no pudo pegar el zarpazo hacia la elite que toda la provincia perseguía desde 1985.
