Dylan Reales es un niño de 10 años que de la Villa 31 siempre mantuvo un sueño: jugar al golf. Hasta que una mañana, su abuelo Julio lo llevó a pasear por Palermo y el pibe se enamoró de la cancha, la cual no dejaría más. Allí vio un cartel de inscripciones abiertas y gratuitas y el chico no dudó. Y pese a la discriminación, pudo contar con quiens ería luego su entrenador, Daniel Ocampo, quien le abrió las puertas hacia la ilusión.
Su primer palo, de madera hecho por su abuelo, "mi ángel de la guarda", dijo.
El eterno agradecimiento, Claudi "Bichi" Borghi, quien desinteresadamente le regaló palos nuevos para poder practicar, tras ver que el pibe tenía condiciones.
De ahí que Dylan tiene en su bolsa de palos la inscripción de "Gracias Claudio Borghi".
Con varios torneos ganados, Dylan apunta a jugar masters, los tour europeos y jugar en Estados Unidos. Seguramente llegará, por es otro ejemplo más de vida.
Mirá la entrevista que le hicieron en C5N y conocelo.