En la edición pasada te presentamos uno de los implementos más importantes a la hora de preparar el té: la tetera. Hoy te mostraremos otros elementos que, si bien no son imprescindibles, pueden mejorar tu experiencia a la hora de beber un buen té.
Tazas
Si bien puede parecerte que no es importante, el color y la forma de una taza pueden variar tu percepción acerca del té que estás bebiendo.
Ya hemos comentado que la experiencia de beber el té va más allá del simple hecho de tomarlo. Incluye observar el color de la infusión y percibir su aroma, entre otros aspectos.
Es por esto que, para poder disfrutar mejor de sus notas olfativas, te recomendamos tazas con fondo redondeado.
Habrás visto quizás que en algunos lugares te ofrecen taza sin asa llamada “cuenco”. Esta taza te permite que las abraces y puedas dirigirte a ella con un sentido de aprecio y concentración. En cuanto al color del interior de la taza, debería ser blanco.
De esta manera podrás apreciar su color sin desvíos. Con estos consejos podrás disfrutar a pleno del color, el aroma y el sabor del té.
Para bebedores exigentes, recomendamos tazas especiales, usadas en países donde se bebe mucho té. Para ellos, lo ideal es disponer de un “Gaiwan”. Es una taza sin asa, con tapa y plato.
Los hay de distintos materiales. La tapa puede utilizarse a modo de infusor, permitiendo el paso de la infusión pero no de las hojas de té.
Otro set interesante es el “Gong Fu”, usado principalmente en la ceremonia china. En este caso la taza es un cuenco y se acompaña de un “vaso de aroma”. El té se sirve en este último y luego se vierte en el cuenco cuyo interior es blanco.
El vaso de aroma permite apreciar con intensidad los aromas, mientras que el cuenco hace lo propio con el color de la infusión. Finalmente el té se bebe y se completa la experiencia.
Cuchara
Ya hemos mencionado cuán importante es usar la cantidad adecuada de té. La cuchara en este caso nos será útil como medidor de cantidades. Si no disponés de una balanza que pueda pesar con precisión los 2 gr de té que necesitás por taza, podés usar una cuchara de té.
Existen también cucharas medidoras, que no son difíciles de conseguir. Hay que tener en cuenta que una hoja seca de té tiene mayor volumen que hojas rotas o picadas (las que vemos dentro del saquito de té).
Por lo tanto, habrá que ocupar más hojas enteras para lograr igualar el peso de 2 gr de hoja partida. Una opción más precisa es la balanza digital, que permite medir con exactitud los gramos de té que usarás en tu preparación.
Infusor
En general, recomendamos dejar las hojas libres nadando en el agua y usar un colador para separarlas del líquido que beberás. Pero si te gustan los infusores, los hay de distintas formas, tamaños y materiales.
El infusor es una especie de colador cerrado, donde las hojas quedan atrapadas en su interior, lo que permite retirarlas fácilmente una vez que se cumplió el tiempo de infusión. Deberás tener la precaución de que las hojas en su interior no queden muy apretadas ni llenarlo.
La idea es que la hoja se abra y el té se exprese de la mejor forma posible.
De termómetros y relojes
Respetar la temperatura y el tiempo de infusión es esencial para lograr el mejor té posible. Es por eso que, para quienes sean más exigentes y tengan la posibilidad, tener un termómetro para medir la temperatura del agua no es mala idea.
Se consiguen en casas donde venden insumos de cocina. Siempre debés tener a mano un timer. Los relojes de arena son pintorescos, pero el reloj del celular te brinda los mismos resultados. Lo importante es no sobrepasar los tiempos de infusión establecidos para cada té.
Si tenés dudas acerca de cómo preparar un buen té, podés encontrarnos en nuestra página de Facebook: Culté. ¡Esperamos tu consulta!