La historia de Verónica Perdomo desde el ACV hasta ShowMatch

Cuando ella todavía estaba convaleciente fallecieron su padre y su hermano. Habló sobre las dificultades para retomar su vida sexual y confesó que la han tratado de "tonta" por las secuelas del accidente cerebrovascular.

La historia de Verónica Perdomo desde el ACV hasta ShowMatch
La historia de Verónica Perdomo desde el ACV hasta ShowMatch

Detrás de la sonrisa permanente de

Verónica Perdomo

se esconde una historia muy difícil. Es una de las morochas más atractivas de la televisión actual que integra el staff de ShowMatch. Hace dos años la vida le jugó una mala pasada: sufrió un accidente cerebrovascular. Tuvo que ser sometida a una operación de cráneo que la obligó a usar casco de ciclista por un año.

Después, estando todavía internada, le dio una trombosis pulmonar.

Pero las cosas podían empeorarse aún más. Cuando comenzaba a recuperarse del ACV, fallecieron su hermano y su padre. Su progenitor falleció de una trombosis intestinal y su hermano de un paro cardíaco. La revista Semanario publica una entrevista con la modelo.

“Tuve un ACV porque estaba muy triste, angustiada. Lloraba todo el tiempo. Me había peleado con mi ex marido de muchos años. Estábamos juntos desde mis 18 años. No veía esperanza y además trabajaba mucho. Viajaba todas las semanas a Chile. Estudiaba locución porque me decía: ‘Tenés que estudiar algo porque el culo se va a caer’. Iba tapando la tristeza que tenía”, confesó la morocha.

Y habló de la crueldad en la calle y de cómo la han tratado por las secuelas que le quedaron del ACV. “Una vez en un bar pedí un café con leche. Hablaba lento. No me salía leche y dije vaca. El mozo me dijo: “¿Son las 6 de la tarde y ya estás en pedo?”. Una amiga que estaba conmigo le explicó que había tenido un ACV, y el tipo no lo creyó. Nos contestó: “¡Qué boludas!”. Otra vez con un taxista, no me salía decirle: “Déjeme en la cuadra que viene”, le decía: “Una cuadra más, una cuadra más”, a medida que avanzaba el auto. Y el tipo me respondió: “¿Sos tonta, nena?”

Hace poco Verónica protagonizó una feroz polémica televisiva cuando Marcela Coronel dudó de su dificultad para hablar. Al respecto ella dijo: “Al principio cuando lo dijo Polino, pensé que era un chiste. Después, cuando escuché a Coronel, no lo podía creer. Yo creo que si fue un negocio para hacer rating, les salió mal porque a mucha gente que le pasó eso reaccionó muy mal (…) Algunas veces hablo re bien y a veces me cuesta. Si estudio, las palabras me salen. Incluso hace poco hasta una amiga dudó de mí”.

Y ante la pregunta de que si la televisión es cruel, Perdomo respondió: “Es el reflejo literal de la sociedad. Pero uno puede cambiar de canal si algo no le gusta. También creo que a veces no se ve en la tele que las cosas están cambiando. Afuera también hay mucha gente solidaria haciendo algo por los demás”.

Verónica contó cómo fue la muerte de su hermano: “Murió un año después de mi ACV. Me habían operado del cráneo. Cuando todo empezaba a mejorar, se me murió mi hermano. Era más chico que yo. Estaba solo en su casa. A la madrugada se levantó para ir a la cocina y tuvo un paro cardíaco tan masivo que en la autopsia decían que no había atinado a poner las manos antes de caer al suelo. Tenía la cara golpeada”.

Y confesó que recurrió a ayuda terapéutica después de todo esto. “Primero empecé con un psicólogo, pero hace como un año comencé terapia de grupo. Porque yo estaba siempre pensando en mi problema y preguntándome ¿por qué a mí? Como si sólo a mí me hubiera tocado lo peor. Me puse muy triste con lo de mi hermano. No entendí a la vida. Cuando llegó su primer cumpleaños después de muerto, yo inconscientemente lo esperaba. Sabía que estaba muerto pero yo lo esperaba, y cuando pasó el cumpleaños y no estuvo, sentí un dolor tremendo. Por eso yo digo que tengo dos angelitos que me cuidan: mi papá y mi hermano. Ellos están a mi lado siempre”.

¿Cómo sigue la vida sexual después de un ACV? “Horrible. Cuando volví, estaba con pañales y traqueotomía. Llena de sondas –contó-. Un año después, no quería ni depilarme para que nada me doliera. Ya no conocía mi “chucha”. ¡Me habían hecho y puesto tantas cosas! Me costó mucho tener sexo. Sentía que ése no era mi cuerpo. Y me costó mucho tener orgasmos. Juan Chappa (su pareja cuando le sucedió la tragedia), pobre, me esperó y me comprendió. Con él estuve realmente acompañada”.

También habló sobre lo cerca que estuvo de la muerte. “Cuando tuve la trombosis pulmonar, me vi muerta, a mi lado estaba mi tío Cándido, ya fallecido. Y pensé: ¡qué bueno! Ahora voy a poder dormir, ¡la puta madre! Y sentí que me pegaban. Eso era porque los médicos me estaban dando piñas para que los pulmones funcionaran. Mientras duró eso, me veía entrando a un teatro. Me sentía en paz”.

Actualmente es una de las participantes de Bailando por un sueño 2012 y una de las más queridas por el público.

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