Corría 1892 cuando Jimmy Radboone, llegó desde Inglaterra a la Patagonia argentina. Tenía 19 años y para ganarse la vida criaba ovejas y domaba caballos en Isla de los Estados. El juego lo apasionaba.
En una ocasión ganó una apuesta y le pagaron con un cheque a cobrar en Punta Arenas, Chile, que era robado. Fue así como terminó en la cárcel. Pero esta historia no termina aquí. Resulta que al tiempo logró escaparse y en su calidad de prófugo tanto para la ley chilena como argentina, recuperó sus caballos. Escapando entre parajes patagónicos trabó amistad con los tehuelches y hasta se enamoró de Juana, la hija del cacique Mulato.
Decidió formar una familia con ella y se instalaron a orillas del Lago San Martín ? Santa Cruz-, justamente en la Península Mackenna. Adobe, barro y coirones le sirvieron para levantar su puesto, que a la vuelta de los años se volvió próspero, llegó a tener 6.500 lanares.
Cuando tenía 60 años contactó a unos periodistas para contarles sus andanzas y sus recuerdos en tanto que primer poblador de la zona. Ellos escribieron un libro con los relatos "Jimmy, el bandido de la Patagonia".
El texto en cuestión bien sirve para conocer las correrías del personaje. No obstante hay quienes prefieren encontrarse con sus vivencias recorriendo los terruños que lo vieron caminar. De esta manera una propuesta turística convoca para conocer más sobre su vida, llegar hasta su rancho y despertarse con el paisaje que fuera de Jimmy y de su familia.
Esta experiencia, que implica dejar la civilización por unos días y conectarse con la naturaleza, parte desde El Calafate. Por la ruta 40 hasta la localidad de Tres Lagos, luego la Península Maipú y de allí a la Estancia El Cóndor.
El resto del periplo se hace a caballo. Tranqueando se llega a una playa, al fondo se ve la arboleda de álamos que protege el rancho en ruinas. La bandera argentina deshilachada por el viento, flamea solitaria y da la bienvenida. A pocos metros está el puesto "La Nana", denominado así en honor a una de las hijas del bandido. Agua caliente para unos mates y relatos a la luz de vela para la primera noche.
La Península Mackenna, sus lagunas, su costa recortada, sus horizontes, o el hito en la frontera para el próximo día. Antes del regreso a la estancia y por una senda que recorre un faldeo, se llega a una condorera en la que se disfruta de ver a estos especímenes planeando y jugando con las corrientes térmicas.
Los datos
Salidas el segundo viernes de cada mes desde noviembre hasta marzo. La duración es de 4 días: dos noches en el Puesto La Nana y una en Estancia El Cóndor. Pensión completa y traslados desde y hasta El Calafate. Tarifas U$S 775. La cabalgata es de dificultad media.