"Hipotecando el futuro" por Maxi Salgado

La dictadura de los resultados sigue mandando en varios clubes mendocinos que piensan en el hoy y descuidan el mañana malgastando dinero.

"Hipotecando el futuro" por Maxi Salgado
"Hipotecando el futuro" por Maxi Salgado

El fútbol mendocino vivió una semana de locos en lo que al Federal A se refiere.  El dilema de los dirigentes de la actualidad es que se han lanzado al absurdo de seguir los pasos y los desatinos de los deteriorados clubes de fútbol llamados grandes.

Se dilapidan fortunas en ponerse a tono con aquella corriente general, comprando jugadores, pagándolos muy caros, dándoles alojamiento, contratando directores técnicos, siguiendo en fin, los programas con los que suelen alimentarse los grandes exitismos populares que exigen triunfos, que miden la obra deportiva según el ruido publicitario que ella alcance, y la consideran negativa si no hay triunfos con los que esos exitismos puedan desatarse.

Por ese camino han quedado a la zaga, si se trata de determinar la vanguardia por partidos ganados, por intervenciones en torneos Federales y todo lo artificial y muy efímero que tiene el fútbol interpretado como mero ruido.

Gutiérrez y Huracán vivieron esta semana una reedición de esa serie de desatinos. Con sólo 13 partidos jugados, la dirigencia de ambos ya cambió de directores técnicos y hasta despidieron a varios jugadores (esto también lo hizo Maipú hace un par de fechas), creyendo que la solución que no supieron encontrar a la hora del armado del torneo aparecerá mágicamente en el medio del caos.

El viernes fui invitado a disertar en el 1° Congreso Nacional de Gestión y Políticas Deportivas en la Universidad Nacional de Cuyo y compartí el eje con la licenciada Marita Abraham, quien contó su experiencia de trabajo en el Real Madrid en la época que Florentino Pérez armó el equipo de los Galácticos. Confesó que aquel equipo terminó por no ser exitoso, más allá de lo que ha quedado en el inconsciente popular. Eso es porque fue más marketinero que resultadista. Una decisión válida cuando se sostiene. Porque más allá de todo lo que pasó, Pérez no tomó la determinación de comenzar a despedir jugadores a las pocas fechas de iniciado el certamen.

Gutiérrez sumó además el hecho de haber pagado sobre la hora el operativo policial y tuvo que suspender su partido el viernes. Una desprolijidad de la dirigencia, más allá de que quieran echarle la culpa al gobierno, el que ha dejado las cosas en claro: “Los operativos se pagan 48 horas antes, porque lleva tiempo conseguir los efectivos necesarios, que habitualmente están de franco”, aseguran desde el Ministerio con justa razón.

La seriedad en la dirigencia es un pilar fundamental para la grandeza o el hundimiento de una institución. Gimnasia, el otro equipo mendocino que está jugando en el Federal A, ha optado por otro camino. Cansado de sufrir las malas decisiones dirigenciales, las que hicieron que deambulara durante años en la mediocridad, el Lobo ha apostado a respetar los procesos, y eso quedó evidenciado en este campeonato, para el que mantuvo la base de un equipo que se quedó dos veces en la puerta del ascenso en la temporada anterior. Cualquier otra institución, con la impaciencia que reina en la actualidad, hubiera pasado la escoba y traído un micro lleno de refuerzos. Fatal error.

Pero lo mejor del blanquinegro es que lo hace no descuidando el futuro. Es el único de la categoría que decidió jugar en las inferiores de AFA, pensando en la inversión que eso significa, y hasta consiguió que dos categorías jugarán las semifinales a nivel nacional. Un galardón que no puede pasar desapercibido.

El resto, metido en esa vorágine de resultados por encima de cualquier cosa, se queda sin bases de promoción, sus inferiores son desatendidas por estar aturdidos por esa farándula del ruido y la urgencia.

Godoy Cruz es otro ejemplo de lo que se debe hacer. Apostó al futuro, no sólo para sustentar lo deportivo sino también como una fuente de financiamiento importante. Una ecuación perfecta, que permite no endeudarse y recaudar. Como ejemplo podemos destacar que hasta hoy se reciben "regalías" por el pase de Enzo Pérez.

Si los clubes no logran ver que siguiendo la misma receta caminan por la cornisa, la situación es preocupante. No se puede seguir alimentando a los caníbales del deporte que jamás les devuelven a los clubes lo que a ellos les consumen como parásitos; que de ellos se desentienden cuando los víveres se agotan y las instituciones bordean la quiebra.

Están los que se dan cuenta y pueden pegar el volantazo y los que eligen seguir prometiendo, y prometiéndose, peces coloridos a los que masivamente les exigen seguir la marca hacia un camino sin salida, en la convicción de que sus hinchas están ávidos de consumir fortunas de la irresponsabilidad.

La solución tiene un solo camino: archivar el acostumbramiento al despilfarro como única manera de recuperar resultados.

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