Una fila de más de un kilómetro se formó hoy en las puertas de la sede social de San Lorenzo, en Buenos Aires, donde hinchas pugnan por un boleto para la revancha por la final de la Copa Libertadores ante el paraguayo Nacional.
Luego de empatar 1-1 ayer en Asunción en la ida, los fanáticos redoblaron el entusiasmo, convencidos de que esta vez no se les escapará la Libertadores, de la que nunca antes llegaron a la final.
"¿De qué hay que preocuparse? De lo de siempre, de sufrir. Pero el miércoles definimos la Final de la Copa Libertadores en casa; en el Pedro Bidegain, entre todos los cuervos", señaló el jueves el portal oficial del club.
Horas antes de la apertura de las boleterías a las 10 en la sede social ubicada en el barrio de Boedo, ya se había formado un kilómetro de fila sobre las veredas del barrio, vecino a la sede histórica del club y donde San Lorenzo está cerca de volver a tener su estadio.
Jóvenes, adultos, mujeres, con sus equipos para tomar mate y varios con sillas plegables para alivianar la espera e incluso carpas para pasar la noche, aguardaron la apertura de las boleterías.
Con cada entrada, los hinchas reciben un "control pre ingreso", sin el cual no podrán sortear las vallas de acceso ni acercarse a la zona de los molinetes previo al ingreso al Nuevo Gasometro el próximo miércoles, advierte el club.