Para los más jóvenes, Hilda Bernard es la mala de "Chiquititas". Para los más adultos, la voz de muchos radioteatros. Y para todos, una excelente actriz que, este viernes, con 99 años. volvió a los portales de todos los medios.
Y es que en América Tv informaron que había fallecido. Pero lo cierto es que la gran actriz argentina goza de buena salud y vive en un geriátrico, donde se mantiene en contacto con su familia y seres queridos.
Al hacerse viral su deceso, desde su entorno aclararon que se encuentra muy bien, internada en un hogar de ancianos, y muy cuidada. Fue su nieto el primero en hablar y luego, en Twitter, varios artistas y directores de teatro levantaron la voz.
Hilda nació en la ciudad santacruceña de Puerto Deseado. Su padre era de origen británico y su mamá tenía raíces austríacas. Y a los dos años del nacimiento de la artista, se mudaron a Buenos Aires.
Su abuelo la llevaba a las salas de de cine de la Calle Corrientes. Se fascinó por la pantalla grande y allí creció su vocación de ser actriz. Abandonó el colegio secundario y se anotó en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático.
Al tiempo, se anotó en una convocatoria abierta en el Teatro Cervantes; la llamaron para la prueba de la obra Martín Fierro. Su papel era menor, sin letra, y significó el primer paso en una carrera de más de 70 años.
Durante los 40 y los 50 el radioteatro era pasión y Bernard fue figura estable de las radios El Mundo y Splendid y participó en más de mil obras. En la radio trabajó bajo las órdenes de los mejores guionistas; hizo 16 años de novelas por radio, una por mes, lo que da 200 radioteatros.
El radioteatro "Esos que dicen amarse", pasó a la televisión y se descubrió un mundo que no abandonó más. Integró elencos en envíos como "Muchacha italiana viene a casarse", "Su comedia favorita" o "Alta comedia". Y pisó fuerte en el cine, "Historia de una soga", "La flor de la mafia" o "Cuatro caras para Victoria".
Su versatilidad fue reducida al papel de villana. En 1989 encarnó a sor Sacramento en "La extraña dama" y luego participó de "Celeste", "Soy Gina", "Más allá del horizonte" y "Celeste, siempre Celeste".
Luego hizo de abuela junto a Cris Morena; personificó a Carmen Morán en "Chiquititas".
En 2014, con 93 años y en plena actividad, sufrió un ACV que le afectó el lado izquierdo de su cuerpo. Reapareció públicamente en 2015 cuando APTRA le entregó el Martín Fierro a la trayectoria.
La artista se encerró en su departamento de Las Cañitas; su compañero era Antonio, un simpático caniche toy de rabo azul y mohines. Y hoy vive en un hogar de ancianos donde está muy cuidada.