El consumo de alcohol durante el embarazo puede implicar una predisposición de 50% a desarrollar alcoholismo en el bebé cuando sea adulto.
No sólo esto sino que entre las diversas consecuencias del consumo problemático de esta sustancia psicoactiva legal durante la gestación puede conllevar consecuencias neurológicas.
Esta es la “primera causa de retraso mental en el mundo occidental de tipo congénita, es decir de una alteración que se produjo durante el desarrollo”, destacó el doctor en Psicología Juan Carlos Molina, miembro del Instituto de Investigación Médica Mercedes Martín Ferreira de Conicet Córdoba y quien se especializa en temas de neurociencias.
La predisposición genética al alcoholismo es algo que se conoce desde hace décadas, lo que ha hecho el investigador con su equipo es avanzar en detalles al respecto.
“Hemos demostrado que por ese tipo de exposición hay aprendizajes fetales del olor y sabor del alcohol lo que hace que el organismo tenga apetencia por éste”, explicó.
“Se puede hablar de alteraciones epigenéticas, en casos de exposiciones al alcohol, que han señalado que aumenta significativamente el consumo de alcohol”, afirmó y agregó que el índice de heredabilidad, que es la potencialidad de que se sea alcohólico si se tiene madre o padre que lo sean, es de 50%.
Los datos expresan cómo además de las consecuencias inmediatas, el consumo problemático extiende sus tentáculos a futuro e hipoteca realidades.
Hay que entender este impacto en un contexto social y cultural complejo respecto al consumo de alcohol que ya es considerado una problemática de salud pública.
Y esto particularmente si se tiene en cuenta que la mayor proporción de consumidores son los jóvenes que se encuentran en edad fértil y que en una situación de consumo abusivo tienen más chances de mantener relaciones sexuales desprotegidas y por ende más posibilidades de concepción.
Los especialistas reconocen que el alcoholismo es un tema complejo en el que inciden diversas variables.
En este sentido es que el alto consumo que se observa en la actualidad lleva a suponer repercusiones a futuro en tanto y en cuanto además de lo genético hay que considerar el factor psicosocial.
El individuo que nace, crece y se educa en un ámbito familiar donde hay un consumo problemático entre otras cosas lo naturalizará y tendrá más acceso.
El investigador destacó que se avanza ahora en estudios sobre cómo este consumo durante la gestación ocasiona daños cerebrales e incluso una probable muerte súbita del bebé. Esto en función de que produce alteraciones en el ritmo respiratorio del niño.
“No hay dosis segura durante el embarazo”, aseguró el jefe de Toxicología, Sergio Saracco. Mencionó que el consumo sin llegar a ser abusivo puede generar trastorno del desarrollo psicomotor, con mayor tendencia a cuadros de hiperactividad y déficit de atención en la infancia en hasta 80% de los chicos.
Enumeró que entre las posibles consecuencias del consumo excesivo se cuentan retardo mental, microcefalia, restricción del crecimiento intrauterino y post natal e hiperplasia maxilar (mandíbula corta), además déficit en áreas cognitivas, especialmente Lengua y Matemática.
Molina señaló en un documento que entregó a Sedronar que “las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación en relación al consumo de alcohol y otras drogas durante el embarazo y la lactancia, son absolutamente insuficientes y reflejan un mínimo conocimiento de la literatura pre-existente y ausencia de una necesaria visión relativa a la prevención primaria”.
Apunta como ejemplo que estudios han mostrado que en instituciones de salud de la ciudad de Rosario la prevalencia de consumo de alcohol durante el embarazo fue del 75.2 %, y que sólo el 29.2 % de las mujeres entrevistadas comunicó haber reducido el consumo de la droga luego de conocer el hecho de estar embarazada.
Un 15% de la muestra poblacional admitió al menos un episodio de “atracón” alcohólico durante el embarazo.
Los mendocinos
Más de la mitad de los mendocinos consume bebidas alcohólicas asiduamente, una práctica más arraigada entre jóvenes. Queda posicionada como la sustancia psicoactiva más consumida, seguida de lejos por el tabaco con 35,3%, las dos que son actualmente legales.
El Estudio Nacional de Población de Sedronar de este año refleja que 54,5% de los mendocinos había consumido esta sustancia psicoactiva el último mes, lo que determina un consumo asiduo. Es incluso superior a la media nacional que es de 52,9%.
Verónica Bracesco, directora nacional del Observatorio Argentino de Drogas dijo que el dato de ingesta en el último mes indica que “se está incorporando gente nueva al consumo” y que “es una disparada epidémica que hay en todo el país”.
Como muestra de ello, un ranking elaborado por la OMS y que se difundió en mayo posicionó a Argentina como el país latinoamericano con más consumo de alcohol y tercero en todo el continente, con una ingesta media anual per cápita de 9,1 litros.
En 2010, el consumo total mundial fue igual a 6,2 litros de alcohol puro por persona de 15 años o más.
La proporción es mayor entre los varones entre quienes asciende a 66,5%. Entre las mujeres es de 43,1%, de la población de entre 12 y 65 años.
Pero quienes más bebidas alcohólicas consumen son los jóvenes, en particular los tienen entre 25 y 34 años, ya que 61,8% dijo haber bebido el último mes; 58,9% de quienes tienen entre 18 y 24 años y 59,3% de quienes tienen entre 35 y 49 años.
“Hasta ahora se consideró una droga blanda (menos peligrosa), pero es una droga dura”, subrayó Bracesco.
Esto en particular por la ingesta en jóvenes cuyo cerebro está en pleno proceso de desarrollo y sobre el cual tiene efectos la sustancia. El consumo entre menores de 18 años se considera abuso, ya que no deberían hacerlo, destacó Saracco.
Por eso llama la atención que 28,9% de los consultados de entre 12 y 17 años dijera que tomó el último mes.
“Está demostrado que el alcohol tiene una acción sobre la maduración cerebral que continúa hasta los 20 a 25 años, específicamente en el cerebro prefrontal, justamente el área asociada a la impulsividad, al pensamiento abstracto y la reactividad a estímulos”, explicó Saracco. Esto se asocia al aumento de la la violencia, prácticas sexuales no seguras y accidentes de tránsito.
El consumo abusivo por largo plazo está directamente asociado a la aparición de patologías en el hígado y el estómago, como cirrosis e hígado graso. Mientras más temprano comience el consumo abusivo, antes también aparecerán las enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud señala que el uso nocivo del alcohol provoca la muerte de 3,3 millones de personas al año. Hay 60 tipos diferentes de enfermedades donde el alcohol tiene un papel causal significativo.
Causa daño al bienestar y la salud de las personas que rodean al bebedor.
Mucho en poco tiempo
Los especialistas destacan que una de las particularidades actuales del consumo de alcohol y que lo vuelven problemático tiene que ver con el cambio en los patrones en que esto se hace, lo que implica altas dosis en un tiempo acotado.
“En los mayores la ingesta mediterránea de un vaso de vino en la comida no tenía problemas, pero se pasó a un modelo sajón en que se toma en soledad y en grandes cantidades; esto provocó un cambio de patrón que es el que esta trayendo problemas y los menores abrazaron este patrón”, señaló Verónica Bracesco, directora nacional del Observatorio Argentino de Drogas.
“Hoy lo que se ha instalado es el consumo por atracones, que es tomar 5 ó mas unidades estándar de bebidas (UBE) en menos de 5 horas”, apuntó el doctor Sergio Saracco.
Una UBE es el equivalente a 10 gramos de alcohol, esto es 100 cm3 de vino, 300 cm3 de cerveza o 30 cm3 de fernet.
Bracesco subrayó que lo que aumentó es justamente el abuso lo que refleja el cambio de patrón de ingesta. Hizo hincapié en que "en un adolescente el consumo es siempre problemático" (porque no deberían hacerlo) sin embargo "50 % de los chicos menores de 17 años hacen abuso".
Saracco dijo que 30 gr de alcohol por día es un consumo aceptable en mayores de 20 años, “son las dos copitas de vino que recomendaba Favaloro”. Por encima de 90 gramos se habla de consumo abusivo.