Higueritas: el barrio que hizo crecer a San Francisco del Monte

Se inauguró a fines de los ‘80 en una zona que era de fincas y viñedos. Vecinos de ayer y de hoy cuentan cómo es la vida en el lugar.

Higueritas: el barrio que hizo crecer a San Francisco del Monte

“El barrio Higueritas le dio vida a este sector de San Francisco del Monte, que se caracterizaba por  fincas de uvas y descampados”, dice Omar Pérez (37), chofer, quien aunque ya no vive por ese punto se crió en el lugar hasta cumplir los 20 años.

El Higueritas, en el sur del departamento de Guaymallén, es un conglomerado de 256 casas, entregado por el IPV entre 1988 y 1990, construido por las empresas Meridion y Midrmac, y enmarcado entre el carril Francisco J. Gabrielli (ex Urquiza) y la calle Azcuénaga.

“Aquí la conformación social es de familias humildes y de clase media, que fueron progresando con el tiempo”, apunta Josefina Altamirano, ama de casa que cedió el living de su hogar para que un buen número de vecinos hablara sobre el barro. Ella administró en el lugar, con amigas, un comedor y taller comunitarios con fines solidarios.

El Barrio Jardín Higueritas, tal su nombre completo, se llama así en atención a que antes de ser levantado, la zona era de fincas, olivares y campos incultos, donde había también ‘ficus carica’, tal la denominación científica del árbol de pequeño porte, de la familia de las moráceas (Moraceae).

Las casas tienen 2 dormitorios y 3 las correspondientes a las esquinas. Unas pocas, de familias numerosas, alcanzan a 4 dormitorios, como la de Miriam Pérez (59), madre de 12 hijos.

Cuando fue a vivir a esta parte de Guaymallén, el clan se componía por los esposos y 7 de los vástagos. Esta mujer atiende una verdulería sobre Elpidio González (una calle fundamental de la vecindad en el eje este-oeste o viceversa), donde no hay día en el que no esté presente algunos de  sus 27 nietos. El matrimonio y los mayores venían de vivir en condiciones difíciles en una casa que ocuparon frente al barrio Pécora, Guaymallén.

Buenas experiencias
Consultados el día patrio del 9 de Julio, muchos residentes manifestaron su agrado por habitar el techo que poseen. Silvina González (37) evocó su comienzo de 4to grado en la escuela N° 1-964 Bernardo Rázquin, sobre calle Los Malvones, una de las instituciones señeras del área.

Ahora sus 2 nenas concurren al mismo establecimiento. Silvina acredita trabajo social, ya que fundó la Unión Superación Progreso Social (UPSA), dedicada a combatir la violencia de género y a trabajar por los niños.

Por rara coincidencia, a Gines Bartolomé Hernández (81) le tocó ocupar una casa enfrente de la escuela, justo a él que enseñó en el ciclo primario durante décadas y quien tuvo como último destino el Centro de Capacitación de Los Árboles (Junín).

“Como sigo viendo guardapolvos blancos y chicos en acción, a veces me sueño dando clases”, contó el veterano docente, padre del periodista radial y televisivo Carlos Hernández (53). “Me fui del pago chico siendo joven, ya había entrado a radio Nihuil; los míos son recuerdos muy lindos del Higueritas”, señaló el comunicador que además trabaja en Canal 7.

También dedicada a los demás, especialmente a la población infantil, está dirigida la tarea del profe Mariano González (34), entrenador de la escuelita de fútbol P-K-S, que reúne a 70 chicos y donde colaboran Silvina González y Celeste Reyes.

Y hablando del deporte más popular, una de las casas del barrio Higueritas fue el hogar paterno del juvenil mediocampista de Godoy Cruz Emmanuel David García, de 21 años, quien integra el actual plantel del “Tomba” y vive hoy en El Challao con su esposa y su hijo.

Asimismo habita el barrio otro periodista, pero deportivo, y también escritor: Carlos Lépez, que popularizó sus comentarios y personajes populares con el seudónimo Hilario Alcórner en el desaparecido matutino El Andino.

En la reunión con los vecinos, dieron testimonio otros habitantes del Higueritas. Una de ellos fue  Mirta Velardes (61), a quien llaman “La Divertida” por su tendencia a animar fiestas y reuniones con su esposo Miguel Antonio Sánchez, el verdulero más popular de la barriada. O Juana Melián, viuda de Martínez (56 años y 7 hijos).

“Aquí tuvimos nuestro primer techo, superando una difícil residencia en el barrio Sarmiento, donde alquilábamos”. Su hija Mayra fue la primera en nacer tras la inauguración del barrio. Hoy, la joven tiene 24 años.

Con una linda y generosa plaza, el Higueritas no se sustrae a la inseguridad y, según Florencia Montiel (58), “se puede vivir con cierta tranquilidad, pero no hay que descuidarse”.

Un sobrino suyo fue asaltado hace dos semanas por desconocidos en una parada de micros al retornar a su casa en horario nocturno, Asimismo, Florencia sugiere la posibilidad de que el Ministerio de Transporte habilite un servicio de colectivos para los alumnos que asisten a las facultades de distintas universidades, quienes regresan tarde a sus hogares.

Además, a muchos les gustaría tener un centro de salud más cercano, ya que el que actualmente frecuentan es el N° 179 Eugenio Luis Profesor Carbonari, ubicado en el no tan cercano barrio 9 de Julio.

El primer hogar de los quintillizos Cuaranda

El barrio Higueritas fue el lugar de nacimiento (aunque en realidad fueron alumbrados en la Sociedad Española de Socorros Mutuos, de calle Lavalle) y hogar durante unos pocos años de los quintillizos Cuaranda, quienes vinieron al mundo el 23 de abril de 1988.

El caso es muy recordado por su repercusión mediática en Mendoza y el país. Antonella, Agustín, Facundo, Valentín y Gastón, con sus padres Miguel Cuaranda y Adriana Panella, recibieron la primera vivienda que se entregó, la casa 1 de la manzana A. Tras una corta residencia allí, la familia Cuaranda se trasladó luego a otro sitio del Gran Mendoza.

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