Detrás, o mejor, encima de cada reina hay una corona; detrás de toda corona, míticas historias en las que conviven héroes y villanos. La Vendimia -con sus reinas por un año y su corona de oro, plata, brillantes, zafiros y esmeraldas- no escapa a la mecánica de los cuentos infantiles, al menos, en esta historia.
Hace muchos años, oscuros ladrones lograron "cosecharse" la preciada joya vendimial.
Pero, gracias a un conocido letrado, pudo ser recuperada para la felicidad de su majestad y la alegría de sus amados súbditos... En honor a la verdad, la historia no es tan vieja -ocurrió hace 6 años, en mayo de 2013- y el "héroe" ocasional fue el conocido abogado penalista Martín Ríos, quien entregó a la Justicia la valiosa pieza de 630 gramos de oro y plata, valuada en 28 mil dólares, que había sido robada por hábiles boqueteros que habían "coronado" un trabajo perfecto en una joyería céntrica.
"Es una historia que siempre me la recuerdan. Hay amigos que me presentan así: 'Este es el que devolvió la corona' y mirá que he trabajado en muchos casos resonantes", dice Ríos, al recordar el "robo de la corona vendimial".
A pocos días de que -entre lágrimas y risas- alguna candidata departamental vuelva a calzarse el precisado atributo, Martín Ríos recuerda la anécdota.
"Fue así: me llama un cliente que vivía en un departamento de la calle San Lorenzo -era amigo, un hombre que ya falleció, que se dedicaba a vender oro y joyas acá y en Chile- y me dice que vaya a verlo. Me causó mucha gracia porque llego y me dice: '¿vos conoces al Vity? (Víctor Fayad, en ese momento intendente de Capital), porque tengo algo para devolverle' y ahí sacó la corona", rememora el penalista.
En una bolsa del súper
Fue así como Ríos se topó con una verdadera "papa caliente": por esos días toda la Policía estaba buscando la joya de la reina y el caso amenazaba con ser un escándalo de esos que se recuerdan anualmente.
Se especulaba que los ladrones la habían sacado de la provincia o la habían tirado o enterrado, o incluso la habían fundido para quedarse con hermosos brillantes, zafiros y esmeraldas. La noticia era tema nacional. En ese contexto, el joyero había convencido a los delincuentes de que lo mejor era devolverla y luego le pidió a Martín Ríos que instrumentara la devolución, sin que él quedara involucrado.
"A mí la Vendimia no me mueve mucho pero vi que era un objeto muy reclamado, de valor cultural, muy simbólico y me pareció que era una buena idea devolverla. Era un asunto difícil, nunca había estado en una situación así", recuerda Ríos.
Entonces habló con su socio, Matías Aramayo, averiguaron quién era el investigador que llevaba la causa -era el por entonces fiscal especial Daniel Carniello- y se pusieron en contacto. Quedaron en llevársela el martes 14 de mayo a las 21. "Un rato antes nos fuimos a la casa del joyero, la metimos en una bolsa de supermercado y la llevamos a la fiscalía", concluye Ríos.
“Nadie me llamó para decirme gracias”
"¿Podemos hacer una nota sobre la corona de la reina? Usted es como una suerte de héroe vendimial no oficial", le dice, medio en serio, medio en broma, el cronista de Los Andes a Martín Ríos.
"Sí, dale... A mí nunca me llamaron para agradecerme", contesta, medio en serio, medio en broma, el abogado. Después de que la corona fue restituida al Estado surgió la polémica. Abogados, fiscales, jueces y periodistas no se pusieron de acuerdo: algunos entendían que Ríos debía aportar "nombres" para llegar a los delincuentes.
“Si yo revelaba el nombre o datos de mi cliente iba incurrir en un delito: revelar el secreto profesional. Mucha gente no lo entendió, incluso abogados y magistrados. Yo no me amparaba en el secreto profesional sino que estaba obligado a cumplirlo. Además, el único dato que tenía era que los autores eran de otra provincia”, dice el letrado.
Luego cuenta: "Mi mujer me decía 'Martín no te metás en problemas' pero esta vez no le hice caso. Era una cuestión ética. Me pareció que era lo mejor para todos, para la sociedad, para la provincia. Podría haber sido destruida. Es un objeto que tiene un valor histórico y cultural importante". Por último, el reconodio letrado se lamenta: "Nadie me lo agradeció públicamente, salvo (el fiscal) Carniello cuando se la di. Yo pensé que alguien (del Gobierno, en ese momento Francisco Pérez era gobernador) me iba decir gracias".
A casi seis años del robo de la joya en pleno Centro
El lunes 13 de mayo de 2013, unos obreros que trabajaban en un local ubicado en la calle San Martín de Ciudad, frente al edificio de Turismo, notaron que algo no estaba bien.
Por los fondos de local que daban a 9 de Julio descubrieron que ladrones habían abierto un boquete en la pared que daba a la joyería Vendemmia, utilizando sus propias herramientas. Los ladrones hicieron un hueco de 40 centímetros de diámetro y luego entraron en la joyería, quedando registrados en una cámara de seguridad.
El robo fue en dos partes. Primero, a las 22.30 del sábado 11 se llevaron la corona; luego, alrededor de las 5 del domingo, robaron otras valiosas piezas del local céntrico.