"No tenés que ser un súper virtuoso. No es un grupo elitista. No se trata de una troupe de guitarristas estelares. Ni tenés que estar en un nivel determinado. Es un círculo. Es un encuentro".
A la Liga le interesa dejar bien en claro estos conceptos. Están un poco hartos de que los confundan con la pedantería musical. Aquí no hay egocentrismo. "Un círculo", reiteran. Y hacen el dibujito en el aire, con el dedo. "No sólo de guitarristas, sobre todo de personas".
Es que para ser un buen guitarrista primero tenés que saber dónde estás parado. "No sólo a nivel musical", aclara Hernán Núñez, el músico a cargo de la dirección general del ensamble.
Su historia sirve para entender. A los 17, Hernán crecía en una Buenos Aires espesa en la que se iba presintiendo el Golpe del '76. "El rock estaba proscripto" -recuerda- "así que los recitales se organizaban en lugares y horarios atípicos. Se tocaba en los cines de Belgrano, por ejemplo. Y podías oír a Pescado Rabioso un domingo a las 9.30 de la mañana".
El under circulaba entonces en pasajes como la Galería del Este, sede de El Agujerito, un local de discos donde podías conseguir, entre otras joyas del sello Eje, discos de Hendrix o de Fripp.
Hernán, que había tomado ya clases con Edelmiro Molinari (guitarrista de Almendra), se nutría culturalmente allí, cerca del bar donde leía Borges y de la trastienda donde asomaba el teatro y las performance de los primeros travestis. Pero los abusos policiales recrudecían hacia toda forma de libertad. "La sensación era colectiva: había que irse". Así que Hernán lo hizo antes de cumplir la mayoría de edad, en forma de viaje de intercambio, rumbo a una Alemania en la que comenzaba a palpitarse el sonido Kraftwerk, la electrónica.
Era un mundo pre-Internet; por casualidad, el argentino se enteró de que su admirado guitarrista Robert Fripp daría un workshop en los Estados Unidos. Le escribió una carta que lanzó a un buzón como botella al mar. La respuesta tardó pero trajo planes: Fripp repetiría la experiencia en Suiza, donde lo invitaban a participar.
"De lo primero que me di cuenta en el círculo es de que no sabía nada", admite socrático, "aunque ya venía tocando en varios grupos y me había convertido en un guitarrista de oficio".
El primer ejercicio que Fripp propuso consistía en tocar una nota (¡una sola!), que iba circulando entre la rueda de músicos. Nada de solos prodigiosos. Nada de riffs memorables. Sólo había que tocarla a tiempo. "Y no pude, se me escapaba", sonríe Hernán, "cosa que me hizo sentir muy frustado".
Se trataba de un ejercicio de atención y coordinación colectiva. No de egos y demostraciones individuales. "Ante eso, me quedaban dos opciones: o decir 'esto no es para mí', o intentar aprender algo". Aprender, claro, desde la certeza reciente de no saber en dónde estaba parado tanto en la música como en la vida.
De esto hacen ya 29 años. A partir de esa experiencia, Hernán se internalizó esa nueva pedagogía y se encargó de expandirla por diversos países.
Por eso, esta vez le ha tocado regresar a Mendoza para una nueva convivencia de guitarras y un show centrado en la magia las cuerdas.
Entre clínicas y presentaciones, la League of Crafty Guitarists está grabando además su quinto disco en vivo.
En la Nave, nos encontraremos con un semicírculo de 15 a 20 guitarras del mundo, todas afinadas en quintas, lo que permite un espectro de voces que conforman una pequeña orquesta encordada. "No hablamos en el escenario, no imprimimos programas, 'son zombies', dicen algunos". La risa vibra tanto en él como en el invitado alemán y en los otros dos miembros de la liga: uno chileno, otro local.
"Pasan cosas en el momento", explican al unísono. "No seguimos los esquemas de espectáculo de concierto que se han venido repitiendo desde hace trescientos años".
Para vivir la experiencia
En la Nave Cultural, The LCG se presentará mañana y el viernes con sus guitarras acústicas bajo la dirección de Hernán Núñez, realizando un repaso por sus obras más emblemáticas y también aprovechará la oportunidad para mostrar nuevo material.
Será un nuevo encuentro con este particular abordaje de la música, a través del sonido de guitarras que extienden su rango sonoro para ofrecer una experiencia auditiva similar a la de una orquesta.
Su última visita a la provincia fue el año pasado, cuando 20 guitarristas de distintas partes del mundo ensamblaron su música en el teatro Independencia junto con danza contemporánea en vivo. El resultado de esa fusión quedó plasmado en dos conciertos notables, con el nivel de excelencia que caracteriza a estos músicos.
Este año regresa el talento y la atrapante musicalidad de esta liga guitarrística que los mendocinos podrán disfrutar en un concierto más "purista".
Sobre The LCG
The LCG incluye músicos de todo el mundo y su número de integrantes varía entre 12 y 20 guitarristas. Su repertorio evoluciona constantemente y está abierto a todos los estilos.
La música se mantiene fiel al concepto innovador del grupo e incluye una amplia variedad de composiciones originales además de adaptaciones de piezas de King Crimson, Fripp y otros conocidos autores. Una parte destacada y característica del repertorio son las composiciones improvisadas y/o escritas, conocidas como 'Circulaciones'.
El grupo ha editado 6 CD's y actualmente está grabando durante las giras su nuevo álbum "Live V". The LCG ha girado desde Enero del 2002 en Europa, Sudamérica y EEUU bajo la dirección del músico argentino-alemán Hernán Núñez.
Las guitarras de The LCG están afinadas en el 'Guitar Craft Tuning', el cual extiende ampliamente el rango sónico de la afinación tradicional.
La ficha
Espectáculo: The League of Crafty Guitarists
Día y hora: mañana y el viernes, a las 21.30
Lugar: Nave Cultural (España y Maza, Ciudad)
Entrada general: $150. Anticipadas en taquilla.