Se lo nota de buen humor al ministro, un tono que mantendrá durante toda la charla; aun para abordar asuntos que son más ríspidos en su área: el Centro Cultural Kirchner y su funcionamiento; los remezones en estos primeros meses de gestión en los medios oficiales y el viraje de lógica discursiva y editorial con que pretende reformularlos.
Hoy Hernán Lombardi hace pie en San Rafael -y mañana en la Ciudad- para la puesta en marcha de la nueva gestión en Radio Nacional Mendoza. Y, claro, es inevitable preguntar si habrá cambios importantes en estos medios.
La polémica surge ya de arranque: “Nosotros encontramos una fuerte propensión al discurso único y al pensamiento monolítico, vinculado a la gestión kirchnerista de los últimos doce años. Aspiramos, y estamos logrando con todo éxito, una Radio Nacional central y una TV Pública que sean medios al servicio de todos, que reflejen el pluralismo, la diversidad de voces que tiene la Argentina, las distintas tendencias; no sólo políticas sino sociales, religiosas”.
- ¿En qué se sustenta ese pluralismo?
- En una diversidad auténtica. Ése es el objetivo que nos pusimos en el orden nacional y, por supuesto, también de esta radio que venimos a poner en marcha y que tiene una enorme importancia a nivel provincial y regional.
- ¿Habrá cambios importantes en la programación?
- Obviamente. A partir de ahora se ponen en marcha nuevas autoridades y se lanza un sistema para rediscutir las programaciones entre la dirección de Radio Nacional, que conduce en el país Ana Gerschenson, y las nuevas autoridades que van a ir llevando las programaciones de cada región a esta tendencia pluralista a la cual aspiramos.
Lombardi llega a la provincia a pocos días de haber lanzado la nueva programación de la TV Pública. En el spot de presentación se lucen caras que remiten a la dinámica propia de las pantallas masivas y privadas, como Julián Weich, Karina Mazzoco o Clemente Cancela o nombres de trayectoria periodística como el de Gonzalo Bonadeo y Fanny Mandelbaum. Efectivamente, a juzgar por el anuncio, la TV Pública cambia rotundamente su fisonomía para adoptar una más ligada con la oferta que provee la grilla nacional en cada canal.
- Al armar esta programación, ¿ha sido la pretensión buscar una pantalla que sintonice con lo que sucede hoy en la TV privada? ¿De qué modo se plantea la editorialización de la señal en televisión y radio?
- Tenemos la tendencia fuerte a la profesionalización. En el caso de la radio, además del aspecto periodístico, hay un gran componente de servicio. Entonces, como tal, tiene que estar profesionalizado y a la altura de los nuevos tiempos. Hay un afán modernizador en eso. Pero, al mismo tiempo, insisto con la idea de que cuando se escuche Radio Nacional, en este caso en Mendoza, se encuentre a un periodista con independencia de criterios. Queremos apostar a la mejor tradición del periodismo argentino.
- ¿Cómo interviene el Estado en este escenario mediático?
- Es evidente que vamos a una diversidad enorme de soportes. De ahí la importancia que estamos dando a internet y a las redes sociales. Desde ese punto de vista hasta lo institucional ha tenido que reformularse: nuestro ministerio es de Medios y Contenidos Públicos. Es decir que apuntamos, también, a la creación de contenidos para que alcancen al ciudadano desde diversos soportes.
Yo tengo también bajo mi responsabilidad a Tecnópolis y el CCK (delicadamente, digo ‘CCK’ para no pelearme con nadie; acota irónico): ahí también se van a producir contenidos audiovisuales. Es que hoy, a partir de las nuevas tecnologías y tendencias, es insoslayable la idea de medios que promuevan una fuerte interactividad con los ciudadanos. La interactividad para nosotros es central.
- El Estado ¿convive o interviene en esta nueva forma de opinión pública?
- Estamos convencidos de que la Argentina necesita un cambio cultural profundo que no tiene que ver solamente, y necesariamente, con el arte sino con cómo los ciudadanos convivimos entre nosotros, con el Estado; cómo nos relacionamos. Ese cambio cultural tiene que ver hoy con un punto esencial que es volver a escucharnos. Sentimos que en la última década hemos dejado de escucharnos.
Es como que hay una parte de la población que se escucha a sí misma y otra que también se escucha a sí misma. La misión de los medios públicos es afrontar decididamente la tarea de la unidad de los argentinos. Es una tarea imprescindible que debe realizarse sabiendo que hay un montón de dificultades y que existe el fanatismo. Estamos convencidos de que el fanatismo no conduce a nada; ningún fanatismo conduce a nada.
- ¿La polarización no es, desde esta perspectiva, problema global?
- Sí, pero acá está muy agudizada. Yo te recomiendo calurosamente a Pierre Rosanvallon. Es un teórico de las democracias avanzadas y, la verdad, es que es parte de lo que más leemos. Él dice que la democracia tiene dos grandes tareas hoy: el ejercicio de gobierno (la toma de decisiones), pero también es un elemento de construcción de consensos. Eso está íntimamente vinculado también a las novedades tecnológicas y a la posibilidad de que la gente puede prácticamente votar cualquier decisión a través de su computadora, en su casa.
- ¿De qué modo la política de comunicación que sostiene su gestión está ligada a este concepto?
- Esta idea permite poner al sujeto como constructor del mensaje, también. No hay más un sujeto exclusivamente receptor sino que es un sujeto que participa ¡y bienvenido que así sea! Claro que esto es un desafío enorme porque es muy contracultural lo que pasó los últimos 12 años. Se veía al resto de los ciudadanos como un recipiente vacío que se podía llenar de ideas.
- ¿Y ahora?
- Ahora te diría que el Estado puede... (piensa). Los verbos que uno tiene que usar...: el Estado puede incentivar, estimular, esas tendencias plurales pero no definirlas o dictarlas. El Estado debe tener una visión de sí mismo mucho más modesta. No puede imponer. Lo que puede es sugerir, estimular, el pluralismo. Lo que no podemos es caer en un fanatismo de sentido inverso: ésa sería nuestra derrota.
- ¿Cuáles son los planes para el Centro Cultural Kirchner y Tecnópolis?
- Primero: son dos lugares distintos, ¿no? Pero esas enormes inversiones que se hicieron en la Ciudad de Buenos Aires, enormes... Siempre he dicho que con el dinero que se invirtió en el CCK se podría haber hecho una Usina del Arte en cada capital de provincia argentina. Dicho esto, esta inversiones las tenemos que terminar, porque falta, pero ya se han hecho. Tenemos que hacerlas rendir de la mejor forma posible. Lo principal hoy es que los ciudadanos se apropien de esas instalaciones culturales.
-¿De qué modo?
- Intentamos lograrlo de forma inteligente y participativa y con contenido federal: tanto Tecnópolis como el CCK son grandes lugares en donde las programaciones se piensan no sólo teniendo en cuenta la asistencia del espectador sino también ligado a la televisión, la radio y los medios digitales. Es una forma de empezar a reparar esta idea de que sirva a todo el país. Tecnópolis este año va tener una muestra itinerante que no empieza en Buenos Aires sino que arranca primero en Salta y después en Jujuy. Aspiramos a que también vaya a Mendoza.
- Respecto del trabajo sobre la identidad cultural, que involucra este concepto de "lo federal", ¿cómo planean instrumentarlo?
- Será un programa conjunto con el Ministerio de Cultura porque el rol del Estado, como siempre, es hacer lo que el mercado no hace. De hecho también voy a Mendoza porque estamos coordinando con la Gobernación y los distintos municipios -Capital y Luján de Cuyo- para las celebraciones del Bicentenario.
-¿Ésta es la idea de "federalización"?
- Sí: que los contenidos se produzcan en todo el país. Y sobre todo se expresará cuando entremos con los programas de incentivo audiovisual a la producción local de cada provincia. Hay un dato terrible: el 92% de los incentivos que firmó el ex ministro De Vido se hicieron alrededor de Capital y Gran Buenos Aires.
- Respecto del canal Acequia, ¿qué planes hay teniendo en cuenta que aún ni siquiera tiene un director asignado?
- No sé nada. Bueno, sé que debe estar problemas de dinero, me imagino. Pero nosotros ahí no intervenimos. Justamente, si interviniéramos, daríamos más motivos al centralismo. Nosotros lo único que brindamos, de TDA, es el soporte técnico.
- ¿Qué planean hacer con el material audiovisual que hay producido y está en el Bacua (Banco de Contenidos Audiovisuales)?
- Si mirás con atención, lo que estamos haciendo en la programación de la TV Pública, en la nueva, es por un lado proponer contenidos pluralistas en términos periodísticos. Respecto a lo que es ficción, estamos usando todos contenidos del Bacua.
-¿Cómo se manejará la pauta oficial entre los medios privados?
- Mi tarea es la de conducir un nuevo ministerio. Yo diría que esto, durante el régimen anterior, era casi un ministerio de la propaganda. Tenemos la tarea de acabar con esa lógica para poner el ministerio al servicio de todos los ciudadanos. Ese ‘ministerio de la propaganda’ tenía una parte estatal, la que manejo yo, y había una parte paraestatal. Acá han crecido mucho medios paraestatales.
Un medio en el que el 95% de sus ingresos era financiado por el Estado... Y la verdad es que era muy parecido a un medio del Estado; un medio que también servía para reproducir el discurso único. Todo está en proceso de gran transformación. De hecho, estos medios que vivían solamente del Estado han entrado en crisis, uno tras otro.
También diría que es inconcebible que empresarios, que tuvieron tanto dinero en el bolsillo en los últimos años, no tengan la más mínima consideración para sus empleados y al mes habían empezado con los despidos. Aspiramos a una pauta que tenga criterios objetivos de asignación.
Uno de ellos es la sustentabilidad. Importa también no tener en cuenta sólo la cantidad de audiencia o la tirada, porque eso favorecería la concentración. Importa que también crezcan, y sean sustentables, medios pequeños y no solamente los grandes. Apuntamos a que haya muchos medios pequeños, que tienen mucho para decir. También en eso tenemos un criterio federal.
- ¿Y en el caso de los medios comunitarios, que no pueden competir?
- Tendremos hacia ellos un apoyo especial, porque consideramos que es muy importante que todas las voces se expresen; y, efectivamente, hay voces que, si no tienen el apoyo del Estado, no se pueden expresar. Pero también impulsaremos la sustentabilidad porque, si no, su autonomía sería relativa.