En tiempos de memoria deshilachada, que no deja recordar de dónde venimos, para ver a dónde vamos, la incertidumbre brota y la tierra tiembla. Esa madre tierra, que nos dio las más importantes voces para no permitir que nos rompan en mil pedazos, es la misma que nos puede salvar. Para eso hay que escucharla.
De la unión sale la fuerza y para unirse hay que estar despiertos. De lo profundo del corazón cordobés viene la alarma que avispará a los oídos dormidos. Hermano Hormiga surge del primer bostezo que implica regresar a moverse, al ritmo de la música de la "patria grande".
Raly Barrionuevo y Lisandro Aristimuño regalan una docena de melodías que en su kilometraje, superan los miles de metros. El proyecto de dúo de estos músicos nacionales vio la luz hace unos meses y por primera vez, pisa el suelo local hoy, en nuestra sala mayor.
Hermanos de música y alma, Raly y Licha comparten historia en sus canciones: desde muy chicos, el cancionero latinoamericano nunca faltó. Sus familias les dejaron un impecable legado de intérpretes entre las mediatecas. Ellos ahora reivindican la canción, el llamado de los artistas a resistir, a levantar la voz y unir a todos.
"Es una amistad muy fuerte y nos queremos muchísimo", expresa Lisandro. "Por eso el nombre: somos dos trabajadores unidos en la independencia y autogestión. Nos gusta hacer todo nosotros, estar encima de las cosas y se nos ocurrió que las hormigas expresan eso".
Es imposible pensar el trabajo en equipo de estos músicos sin rememorar otras parejas que supieron emocionar con su trabajo, y hasta supieron ser fuente de inspiración. Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, Caetano con Gilberto, y hasta nuestros Orozco y Barrientos. La palabra como bandera, la canción como transporte.
-¿Qué significa para ustedes haber elegido estas canciones? ¿Por dónde pasó esa decisión?
- En el caso de las canciones propias, él eligió las mías y yo las de él, surgió así. En cuanto a la música de este folclore latinoamericano que nos encanta, que hemos escuchado mucho de nuestra infancia y nuestra casa, y es gente que admiramos muchísimo, fue una elección que nos surgió de estar zapando en una sobremesa. “¿Te acordás este tema?”, decíamos. Fue muy natural y en el disco están grabadas así, de un canto honesto. En vivo hacemos más canciones: por ejemplo una de un grupo mexicano que se llama Son de Madera y otra del Chango Rodríguez, vamos buscando entre todo eso.
-La guitarra y la voz la están peleando mucho hoy en día, ¿lo viven como una lucha?
-Entre los dos decidimos que fuese así: las dos guitarras y las voces. Nos gustaba esa idea de volver a reivindicar la canción naturalmente, la canción desnuda, la palabra, la letra, lo que dice. No quisimos que nuestras voces fuesen tapadas por arreglos ni nada más. Hay canciones que todavía hoy en día sus letras siguen estando muy vigentes, como “El Necio”, u “Ojalá que llueva café”. Si te las ponés a ver, a sentirlas, tienen mucho que ver con lo que estamos viviendo hoy y con lo que está pasando. Nos gustaba marcar eso de la música.
El disco homónimo se compone de un abanico emocional muy amplio: canciones populares, como “El Necio” de Silvio Rodríguez, “El Surco” de Chabuca Grande, “Ojalá que llueva café” de Juan Luis Guerra y La Sixto Violín de Raúl Carnota; temas propios de los artistas, de su propio repertorio y dos canciones inéditas, compuestas para el disco: “Vida” de Lisandro, y “Amanda” de Raly.
"Esa canción ('Vida') la compuse para Hermano Hormiga. Para el proyecto en sí usamos mucho el cuatro venezolano, que es un instrumento muy hermoso, y la compuse ahí, cosa que nunca había hecho. Medio que lo aprendí a tocar muy por arriba y ahora con esto lo agarré en el estudio y me surgió esa letra y esa melodía. Me encanta que esté en este disco por la musicalidad que tiene, me pareció que quedaba muy bien. La letra se la hice a mi hija Azul. Hay otra canción, "Amanda", es la que compuso Raly: son canciones inéditas que sólo aparecen ahí.
- ¿Cómo estuvo el proceso de grabación, en el campo perdido de Raly?
- Todo surgió en su casa: vive en el medio de un campo en Unquillo (Córdoba). Cuando lo iba a visitar, se armaban esas guitarreadas después de un asado o de un guiso, y no queríamos perder ese espíritu. Cuando decidimos grabar, en vez de ir a un estudio, que es un poco más frío y más encerrado, no sabes si es de día o de noche, quisimos hacerlo en el medio de su living. Sacamos el sillón, llevé aparatos de mi estudio y ahí surgió. Tuvimos tres días de grabación, nos despertábamos temprano, cortábamos a tomar unos mates y seguíamos. Mirábamos los pájaros, los perros y las gallinas que tiene Raly, y después continuábamos grabando.
Reconstruir cimientos
De un trabajo surgido de un vínculo íntimo, viene a soplar una cuestión que nos trasciende: el desarrollo de un pensar(nos) general, social y colectivo, sin desmesurar nuestras voces y los cantos. La lucha por reivindicar la canción, la popularidad de las palabras y una carga que nos incluya.
- En una época tan individualista, ¿por dónde surge la construcción colectiva?
- Eso sale del cariño y la amistad. Por supuesto que lo nuestro surgió porque coincidimos ideológicamente y tenemos mucho en común. Creo que eso surge naturalmente: el hecho de compartir cosas, salir de nuestros “egos”. Y de ahí nos corrimos desde nuestros proyectos solistas: tenes que dirigir cosas, decidir y en Hermano Hormiga somos dos, descansamos de ese lugar. Está buenísimo porque estamos muy tranquilos, tomamos juntos las decisiones.
Y desde otro punto de vista, Lisandro lo entiende bien: “Desde la música, es una dupla que no armó una compañía, que por ahí juntan un mexicano con un argentino para que el argentino entre al comercio de México, por ejemplo. Muchas veces pasa que los invitados son para abrir caminos. Nos gusta reivindicar eso: que no estás tan solo, que hay gente que está en la misma sintonía que vos, y estamos orgullosos de eso”.
- De Santiago del Estero a Río Negro, hay una carga federal muy fuerte en la música...
- Las canciones que elegimos tienen mucha poesía y mucho folclore: habla mucho de nuestras regiones, lugares y hábitos. Nos parece que eso es dar un mensaje de amor por nuestro país y nuestra música. En ese sentido poder hacer canciones que hablen de Mendoza, Córdoba, Salta, Jujuy, hay una planta, una base, que te identifica con cada región. Quisimos, además al grabar y salir, que no todo se centre en Buenos Aires y mostrar el talento que hay en nuestro país.
Este sábado Hermano Hormiga sonará en el Teatro Independencia. El 31 de este mes, hará su presentación oficial en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires. Luego, los caminos personales siguen su rumbo, confiando ciegamente de quienes viajan a la par.
Esta misma semana, Lisandro Aristimuño comenzó a grabar su nuevo disco y ahora, Mendoza formará parte: "Voy a grabar percusiones con Matías Gorordo, que me parece un músico increíble. Vamos a estar en Fader Records grabando algunos sonidos. Además, va a estar Sebastián Alcaraz, con la quena y el sicu".
Un sentido federal que fluye en cada trabajo que Aristimuño mantiene: "Hay tantos músicos buenos en todo el país, que sólo hay que levantar la oreja y llamarlos para participar".