Pablo Leandro Araya tiene 34 años (nació el 14 de mayo de 1978).
después de que, espontáneamente se presentara ante las autoridades de Migraciones del aeropuerto Francisco Gabrielli, quienes, en principio, no habían advertido la orden de captura internacional que pesaba sobre él.
Aquel 15 de agosto, tras un fugaz paso por la Unidad 32 (calabozos de los Tribunales Federales) terminó alojado en el sector de máxima seguridad del penal de Almafuerte y desde ese momento compartió el mismo pabellón con su hermano.
Ahora recuperó la libertad después de que el juez federal Walter Bento firmara una falta de mérito
, lo que jurídicamente significa que no hay pruebas para imputar a una persona, aunque siga ligado a la investigación judicial.
El hombre -muy parecido a Marcelo- aseguró que pudo "probar con mucha documentación que estuvo fuera del país desde hace más de siete años".
Fue el principio de un extenso diálogo con
Los Andes
, en el que nos reveló su acento al hablar, que no deja dudas de que viene del otro lado del océano. Remarca que "viví todo este tiempo en Bermeo (del municipio vizcaíno de la comarca de Busturialdea, en la comunidad autónoma del País Vasco), donde primero trabajé de ?pinche' (lavaplatos). Pude ahorrar algunos euros y con el tiempo pude abrir un bar (al que llamó Bea) y montar una casa".
-¿Y por qué volviste?
-Porque soy inocente. No tengo nada que ver con las acusaciones que han hecho sobre mi persona.
-¿Cuáles son?
-Dijeron que yo era el financista de mi hermano dentro de una mega banda dedicada al narcotráfico. Era, dijeron, el que manejaba la plata, el que hacía los pagos y las inversiones. Que tenía autos y hasta una avioneta.
-¿Nada más?
-La policía también dijo que de este tiempo (entre junio de 2009 y enero de 2010) había escuchas telefónicas, que ahora están siendo reproducidas durante el debate que se sigue contra mi hermano (ver aparte) que me involucraban y que además me habían visto junto con Marcelo en San Luis y Buenos Aires.
-¿Y por qué te fuiste?
-Vivía en una zona conflictiva como es el barrio La Gloria (aunque no lo mencionara, Pablo había cumplido cuatro años de cárcel por un delito contra la propiedad). No quise volver ahí para no tener problemas. Mi culpa con la sociedad la había pagado y por eso me fui. Allá tenía otros dos hermanos: uno es pintor de obras y el otro trabaja en hotelería.
-¿Conociste a Daniel "El Rengo" Aguilera?
-Eramos vecinos, vivía a tres casas de la nuestra, pero hace mucho tiempo que no lo veo.
-Se habla de un enfrentamiento o de una guerra de bandas...
-No creo en eso pero si existe, los Araya no tenemos nada que ver. Con mi hermano Marcelo (al que le dicen "El Gato", apodo que él mismo niega tener) se armó un gran circo. Se dijo que era un narco y la droga secuestrada (marihuana) no supera los 270 kilos, además, nunca tuvo departamentos en Mar del Plata ni Buenos Aires y mucho menos varios autos o decenas de teléfonos celulares, como se dijo.
-¿Y que esperás ahora?
-Sigo a disposición de la Justicia. Mi abogado (Alejandro Acosta) presentó un pedido para ampliar mi declaración. Tengo más pruebas para aportarle al juez (Walter) Bento, pero principalmente espero el resultado de la prueba de voz (que desde hoy se está realizando en el gabinete científico de Gendarmería Nacional) y ahí quedará demostrado que nunca me pudieron grabar una conversación.
Su familia actual y la futura
Uno de los Araya (son siete hermanos), Pablo Leandro, volvió y se presentó a la Justicia. Ahora dio la cara y habló. También presentó a su novia, Ana Patronela (una rubia de 22 años nacida en Rumania, hija de un policía), a la que conoció viviendo en el mismo pueblo y con la que espera contraer matrimonio aquí "dentro de poco" .
Y también se refirió a sus padres, que "están enfermos por lo que está pasando", recordando que los llevó al País Vasco después que "empezara toda esta fábula".