El comentario surgió de parte del propio titular del Iscamen, Raúl Millán, durante una visita que realizó a la Legislatura. "No estamos tomando real conciencia de los problemas que está generando la polilla de la vid, porque si bien no se afecta la calidad de los vinos, ya se están observando mermas en la cantidad de uva producida y a futuro la situación se va a profundizar", dijo.
Por su parte, el ingeniero Guillermo Azín, coordinador del Programa Lobesia Botrana del organismo destacó por su parte que, hasta este momento, hay 70 mil hectáreas comprometidas por la plaga, de un total de 160 mil implantadas con viñedos en la provincia.
Azín señaló que en la actualidad el Iscamen comparte la lucha contra la Lobesia junto con el organismo nacional que es el Senasa.
"Trabajamos coordinadamente. Nosotros realizamos las tareas de monitoreo, acordamos medidas de control y las que ayuden a evitar la mayor dispersión de la plaga en la provincia", dijo, para agregar que "el monitoreo nos indica cómo va la plaga y sus avances, y la dinámica que tiene a los efectos de establecer momentos de las aplicaciones.
Ese monitoreo nos está indicando que hay una fuerte presencia de la plaga en el oasis norte-este, con poblaciones muy altas en los departamentos de Maipú, Luján y parte de Rivadavia y se está empezando a establecer en el oasis Valle de Uco, con presencia cada vez más creciente en cuanto a la población de insectos. En el oasis Sur las poblaciones siguen permaneciendo bajas y esta situación es la que estamos tratando de defender, a través de las barreras sanitarias y medidas que traten de evitar la dispersión. Pero -aclaró- sólo se trata de retardantes como movimiento de la plaga, si la lucha no se hace a conciencia".
Ante nuestra consulta, Azín destacó que se ha detectado la plaga tanto en el oasis Sur como en el Centro, pero no está definitivamente instalada, razón por la cual los distintos estamentos de la industria deben colaborar para que la situación no se agrave. "Lo que queremos evitar es que ingresen nuevos puntos con detecciones, pero donde ya está ubicada tiende a crecer si no es tratada como corresponde".
Indicó entonces que la plaga se propaga a través de la uva, de los elementos utilizados para la cosecha, como las máquinas o los utilizados para el acarreo, como los binnes o cajas cosecheras. "Hemos reglamentado todo para evitar la dispersión, pero también tenemos otro inconveniente, porque se trata de un insecto volador que cuenta con sus propios medios para dispersarse y en el oasis Norte-Este, donde no hay barreras físicas y hay una continuidad de viñedos, se ha observado cómo avanza año tras año. Es en esa zona donde la plaga está comenzando a establecerse".
Destacó que en los lugares donde aún no se ha instalado definitivamente, resulta difícil establecer los daños económicos que produce la plaga, "pero sólo se trata de cuestión de tiempo. De allí que tengamos que trabajar en forma continua, de lo contrario se va a producir un desastre, porque no tenemos productores acostumbrados al uso de plaguicidas y, cuando se entregan los productos, el mismo tiene un impacto muy reducido en el control, porque no cuentan con maquinarias suficientes, en razón de que estamos acostumbrados a una excelente sanidad. Con la aparición del insecto dañino, el esquema cambia. De todos modos -destacó- estamos impulsando la técnica de confusión sexual, que es mucho más efectiva, no requiere maquinaria, no deja residuos y se aplica una sola vez en toda la temporada".
"Es una técnica diferente a la de la mosca del Mediterráneo. En esta última se utiliza la técnica del insecto estéril, que consiste en liberar insectos esterilizados para que se produzca una cópula que no deje descendencia. La de confusión sexual parte de la colocación de difusores, que son ampollas que contienen la feromona sexual femenina sintética y con esos difusores se satura el aire de las fincas. Los machos no pueden encontrar a las hembras y por lo tanto no pueden copular ni dejar descendencia".
El funcionario señaló que Mendoza cuenta actualmente con 160 mil hectáreas implantadas con viñedos, de las cuales entre 70 y 80 mil ya cuentan con detecciones del insecto. "Pero -indicó- de esas 70 a 80 mil, en unas 10 mil ya hay daños económicos serios. Porque la polilla adulta sólo tiene la función de copular y dejar descendencia. Esa descendencia son las larvas, que se alimentan del racimo en los distintos estadios, ya sea cuando está por florecer, en setiembre y octubre; del racimo en cuaje, en diciembre y durante la etapa de maduración. El daño que genera es directo, por alimentarse de las flores o de los frutos, especialmente cuando la población es alta. El tema es que también viene asociado a un daño indirecto, ya que cuando hay condiciones de humedad, en los granos que quedaron heridas se produce la botritis, por eso se llama Lobesia Botrana. En años como el actual, donde las precipitaciones fueron altas, se dan condiciones especiales para que se produzca la podredumbre cuando hay ataques serios".
Consultado sobre qué porcentaje de quintales puede llegar a perder un productor, Azin expresó que "en las condiciones más graves puede llegar a perder todo. Eso se ha dado en algunas fincas y en otras, donde venían cosechando 100 quintales, este año han cosechado 40. Se trata de una pérdida directa, porque es de lo que se alimentó directamente el insecto".
Según el funcionario, si bien el Estado debe cumplir un rol bastante activo, también tiene responsabilidad y participación el sector privado. "Hay bodegas que han tomado la situación con la seriedad que el caso exige y lo transmiten a sus productores. Por nuestra parte, estamos trabajando en la obtención de los recursos necesarios para la implementación de la técnica de confusión sexual en las superficies donde hay detecciones. Hay que trabajar en este sentido, de lo contrario vamos a ver el avance de la plaga y los productores lo van a detectar cuando ya sea tarde".
Hay 70 mil hectáreas afectadas por la polilla
Constituyen casi la mitad de las implantadas con viñedos. Hay que tomar real conciencia de la situación ya que los daños económicos, según se afirma, pueden ser importantes.
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