Este tan esperado momento histórico dio lugar a polémicas en los últimos meses. Dos estudios publicados este año, el último de ellos en agosto, y basados en otros datos, habían concluido que la sonda había salido del sistema solar el año pasado, pero la NASA estimó que no eran concluyentes.
Estos estudios se apoyaban en una fuerte y repentina disminución de las partículas que emanan del sistema solar y de un incremento de los rayos galácticos indicados en las mediciones de los instrumentos de la nave espacial. Según el estudio del astrofísico Marc Swisdak de la Universidad de Maryland publicado en agosto en la revista Astrophysical Journal, Voyager 1 habría salido del sistema solar el 27 de julio de 2012.
El científico, para quien el estudio publicado este jueves viene a confirmar sus conclusiones, señala que "es la primera vez que la humanidad puede salir de la cuna del sistema solar para explorar el resto de la galaxia. Voyager permite también efectuar observaciones directas fuera del sistema solar", explica a la AFP.
Para John Grunsfeld, el jefe de misiones científicas de la NASA, "Voyager se ha aventurado allá donde ninguna otra sonda había llegado antes, marcando uno de los logros tecnológicos más significativos en los anales de la historia de la ciencia".
La expectativa de vida de las dos sondas Voyager, lanzadas en 1977 con un mes de intervalo y que avanzan a 55.000 kilómetros por hora, no superaba los cinco años, pero se encuentran todavía en buen estado de funcionamiento. Sus cámaras fueron apagadas para ahorrar en su batería de plutonio que debería agotarse hacia 2020.
Sus instrumentos se apoyan en tecnologías consideradas hoy en día rudimentarias. Un iPhone de baja gama tiene 240.000 veces más memoria que los ordenadores del Voyager y la potencia de su transmisor (23 vatios) es equivalente a la de una lámpara de refrigerador.
El programa de exploración Voyager tenía como objetivo el estudio de los planetas del sistema solar. Voyager 1 y 2 han sobrevolado desde entonces Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, así como 48 de sus lunas. Los datos recogidos por los nueve instrumentos a bordo de cada una de las sondas la convierten en la misión de exploración del sistema solar más fructífera de la historia espacial.
Las dos naves transportan cada una un disco de oro enchapado de cobre de 30 centímetros que contienen 115 fotografías y una variedad de sonidos naturales, así como mensajes en 55 idiomas. Además, los mensajes del entonces presidente de Estados Unidos Jimmy Carter y del secretario general de la ONU en ese momento, Kurt Waldheim, viajan también en la sonda desde hace 35 años.
Según los científicos, Voyager 1 y 2 - esta última debería salir del sistema solar dentro de tres años - se encontrarían en el vecindario de otras estrellas y en torno a dos años luz (un año luz equivale a 9,461 billones de kilómetros) del Sol, de aquí a 40.000 años.
"Nada puede detener el curso en el espacio del Voyager 1, que continuará su periplo durante mucho, mucho tiempo, probablemente miles de años", predice el astrofísico Marc Swisdal.