¿Qué es Fair Play? Difícil pregunta que dejó en el ambiente futbolístico la actitud de Marcelo Bielsa en el partido del domingo pasado cuando obligó a sus jugadores a dejarse hacerse un gol. Salieron cientos de opinólogos entonces mezclando una situación de juego con la moral y la ética.
Justo en un país que festejó, festeja y festejará aquel gol que Maradona le hizo con la mano a los propios ingleses en el Mundial de 1986. Un país en el que es moneda corriente arreglar con los barrabravas para que aprietan a los rivales y les hagan sentir el rigor de la localía. En un país en el que último Superclásico no pudo jugarse porque fue imposible brindar seguridad a los protagonistas y hubo que ir a jugar a España.
Un fútbol en el que los jugadores juegan más allá de que están suspendidos y después vemos que pasa, cómo ocurrió el año pasado en las Copas Sudamericana y Libertadores.
En un fútbol en el que horas después del episodio, un jugador de Boca hace un gol con la mano frente a Godoy Cruz y todos lo festejan desaforadamente, incluso Mauro Zárate que se lo gritó en la cara a sus rivales en una actitud desafiante.
Es del mismo equipo cuyo técnico, Gustavo Alfaro, declaró que: “si me pasara una situación similar haría lo mismo. Marcelo (Bielsa) siempre ha sido un tipo que ha dignificado esta profesión y ha marcado hitos más allá de las cuestiones que pueden ser futbolísticamente opinables. Pero en cuanto a la moral y la ética que tiene por la profesión todo el mundo se saca el sombrero”.
Claro que no lo vi a Alfaro diciendo a los gritos a sus jugadores que se dejaran hacer un gol para no llevarse de Mendoza un triunfo que no le correspondía. En el fútbol se convive con el error y la polémica forma parte de la pasión futbolera.
Además la situación llegó de un técnico como Bielsa que se disfraza para ir a espiar a los rivales y tapa sus entrenamientos para que no le hagan lo mismo. Estas cosas totalmente entendible en el juego futbolero, pero que no muestran una moral intachable.
¿Es Fair Play pasar por la autoridad de un árbitro que no cortó el juego y permitió que los muchachos de Bielsa convirtieran el gol del que después se sintieron avergonzados? ¿O llegó la hora de que pongamos autómatas a dirigir los encuentros, previo a que los jugadores pasen a ser robots?
Se ha abierto ahora una puerta que puede ser el ingreso a una dimensión desconocida. Preparemonos para que de ahora en adelante, cualquier fallo polémico, un gol en off side, o un penal mal cobrado despierte una catarata de pedidos de los rivales para que el equipo beneficiado se deje hacer un gol.
“Por tomar una actitud ética, se tomó la peor actitud anti ética en el fútbol”, dice el polémico Horacio Pagani, con quien poco coincido habitualmente, pero que me parece pinta a la perfección la situación. A San Martín de Mendoza una vez se lo condenó al descenso sólo porque un jugador salió en un video admitiendo, un supuesto, arreglo con los rivales para empatar un partido.
El ascenso está lleno de esas situaciones poco claras en cada definición, las que ahora podrán ser pactadas en el medio de un partido como pasó.
Me gustaría ilusionarme que desde la actitud de Bielsa comenzaremos a vivir en un fútbol de caballeros, pero no podemos mentirnos.
El fútbol debe desterrar la doble moral. Porque todos sabemos que los que salieron públicamente a defender a Bielsa, siendo políticamente correctos y para que no se los tiñe de “antiéticos”, tendrían una actitud diferente si se están jugando algo importante. El propio Bielsa tiene en su “prontuario” un gol de Pochettino con la mano frente a Paraguay, lo que José Luis Chilavert no perdió oportunidad para recriminarle.
Quizás si hoy sale, al menos, a pedir disculpas por aquella situación, todo podría ser más creíble.
