Por Por Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
El tema fue el eje central de las conversaciones que se mantuvieron en las habituales mesas de café. Y la pregunta del millón giró sobre los motivos por los cuales, a pesar de que han aumentado los despachos al mercado interno y las exportaciones en los primeros seis meses del año, los precios que se pagan al productor no se mueven.
Para algunos, lo que está sucediendo es que los grandes compradores aún están utilizando sus stocks y, para otros, que las empresas recién ahora se están recuperando de las pérdidas y que de haber "movimiento" podrá observarse con mayor claridad cuando se incremente la demanda como consecuencia de la necesidad de los supermercados de stockearse para las Fiestas de fin de año.
Sea como fuere, todos coinciden que, al menos en este momento, las famosas reglas del mercado no están funcionando como históricamente ha sucedido.
De acuerdo con las cifras, en el acumulado enero-julio el aumento en los despachos de las botellas alcanzó el 7 por ciento y el tetra un 8 por ciento. En este último caso, ese aumento mayor es atribuido al hecho de que el tetra se vende más barato que su principal competidor, la cerveza.
"Estamos bien, pero recién nos estamos recuperando…", dijo ante nuestra consulta un bodeguero, quien se refirió también al incremento en las exportaciones de enero a mayo, con un aumento del 3 por ciento en el fraccionado y del 17 por ciento en los graneles.
"Son cifras positivas y ello es bueno, pero no podemos estar muy contentos porque con esto no salimos del pantano", dijo, para agregar que el aumento en el vino a granel, si bien es interesante en el porcentaje, no es demasiado en la cantidad, en razón de que se parte de un piso muy bajo.
Precisamente y tomando la relación con la cerveza, un estudio al que tuvimos acceso determina que sólo en tetra brik el vino presenta casi cien marcas con los productos más variados, frente a las cervezas, que están más concentradas y con un producto más homogéneo.
En lo que hace a los precios, en promedio, en un año (de junio de 2014 a junio de 2015) el vino tuvo un incremento promedio de entre un 11 y un 17 por ciento, mientras las cervezas aumentaron un 40 por ciento. A modo de ejemplo, puede señalarse que en el Oeste del Gran Buenos Aires, un tetra de vino se vende a valores que rondan los 14,50 y los 15,58 pesos, mientras la cerveza con precio más bajo se expende a 19,21 pesos.
En lo que se refiere a los supermercados, en la totalidad de los casos los vinos en tetra, e inclusive los embotellados de precios más bajos, tienen un valor menor que las cervezas, a excepción de sólo una marca de estas últimas, en la que el precio final es similar.
El informe indica además que, siempre en el caso de los supermercados, los vinos en tetra aumentaron en el último año entre un 15 y un 27 por ciento en promedio; los vinos embotellados de bajo costo entre un 20 y un 26 por ciento, mientras las cervezas lo hicieron un 45 por ciento. También deberíamos señalar que el aumento en los despachos de vinos se debió a que el porcentaje de incremento estuvo muy por debajo de la inflación, lo que determina que los actores primarios -productores y bodegueros- fueron los que debieron absorber la diferencia.
En el Este indican que si se tiene en cuenta el aumento en los despachos, sumado al vino inmovilizado derivado de las operaciones de cosecha y acarreo, corresponsabilidad gremial e intervenciones habituales por diversos motivos, el stock de vinos a agosto del año que viene será muy inferior al estimado anteriormente, afirmando que podría llegar a ser de 1,7 meses de despachos.
"Nuestra recomendación a los productores es no ofrecer vino ni vender a los precios actuales y, llegado el caso, exigir un mejor precio o bien esperar unos días mientras se sincera el mercado", aseguran.
En lo referido al mosto, de acuerdo con un informe del INV, en el mes de julio las exportaciones crecieron un 30 por ciento en volumen, pasando de 10 mil a 13 mil toneladas, advirtiéndose, según el organismo, una mayor demanda y la aparición de nuevos contratos. Se indicó que muy probablemente en el corto y mediano plazo se incremente el volumen y precio del mosto sulfitado, "el que según algunas operaciones ya se ubica entre los 1,30 y los 1,50 pesos, dependiendo de la calidad".
Inquietud
Según señalan algunos dirigentes del sector, la semana que pasó llegó con malas noticias para el comercio exterior, porque la adecuación de todas las monedas del mundo a la suba del dólar le hace perder competitividad a los vinos argentinos. "Los sectores exportadores, especialmente los medianos y chicos, están en una situación compleja", dijo el informante, quien agregó que para los grupos importantes la situación se les modifica porque "pueden perder en un mercado, pero recuperar en otro…", aunque aclaró que en general "no están quedando muchos recovecos".
Entre los países que compran, el dólar canadiense y el real han tenido una devaluación, mientras una situación similar se plantea entre los que compiten, como Australia o Chile. Reconoció que el problema se puede complicar para el segundo semestre y destacó que si bien a pesar de todos esos problemas las exportaciones han crecido, "ello obedece a un trabajo muy fuerte de posicionamiento del vino argentino, pero desde el punto de vista de la rentabilidad, con un dólar tan atrasado, el problema se potencia".
Ante la consulta sobre si esa situación puede ser modificada con una baja de retenciones, destacó que "puede ayudar, pero no va a alcanzar, porque ¿cómo hacemos con Brasil, que en lo que va del año ha devaluado su moneda entre un 38 y 40 por ciento y nosotros sólo el 6 ó el 7 por ciento?", se preguntó.
Trasladado el tema hacia los productores, se indicó que la reciente jornada de la Coviar demostró que es muy importante la cantidad que se encuentra "por debajo de la línea de flotación". Algunos por un problema estructural, por su baja producción, pero hay otros que no deberían estarlo. "La estructura empieza a crujir", indicó la fuente, porque se trata de sectores que están muy ligados a la macro-economía.
"Está demostrado que, cuando a la Argentina le va bien, al sector primario también le va bien, tanto en rendimiento como en precios. La estructura empieza a crujir en lo que significa el 70 por ciento del costo: la mano de obra", señaló.
Se asegura que la estructura no ha terminado por romperse porque se mantiene el mercado interno, que ha permitido que las empresas integradas, que tienen marcas y que pueden llegar al mercado, pueden mantenerse.
En ese esquema del productor, se indicó que es acertada la medida de postergar la corresponsabilidad gremial, pero el problema es que alcanza al personal interino, no al permanente, y, en este último caso, ya ha comenzado en muchas zonas el incumplimiento en los pagos de aportes previsionales.
"El productor lo que primero hace es dejar de pagar los impuestos porque debe destinar ese dinero a las tareas culturales. De lo contrario, el año que viene no va a cosechar…", dijo el informante.