La pérdida de rentabilidad, el encarecimiento de los insumos por la inflación, las dificultades para exportar por las trabas aduaneras y las retenciones, y una disminución en el consumo interno son algunos de los componentes que hacen que la industria vitivinícola se encuentre en crisis. Esta situación, si bien no es exclusiva del departamento de San Rafael sino que es común al resto de la provincia y a otras del país, se agrava en el Sur mendocino con la pérdida de unas 2.000 hectáreas de viñedos en los últimos 15 años.
Este diagnóstico es parte de lo analizado por la Específica de Bodegueros de la Cámara de Comercio Industria y Agropecuaria de San Rafael, tal como lo explicó Pablo Asens, integrante de la misma y ex titular de la Cámara.
“Hoy los productores nos encontramos sin capacidad de recuperación, con el agregado de que el precio del vino será menor al del 2014”, señaló Asens. Y explicó que la perspectiva en los precios de los vinos no es mejor, ya que ni siquiera hay un acompañamiento en el precio con respecto a la inflación, por lo que los “productores pierden dinero, capacidad de trabajo y lo que es peor pierden las ganas de trabajar”.
Según Asens la baja rentabilidad se traduce sólo en pérdidas para los productores, y sólo las bodegas grandes pueden paliar la crisis al poseer un mercado importante para defender su producto. Pero es el productor primario el más afectado en toda la cadena, en especial por el bajo precio que se paga la uva, y sin perspectivas superadoras de esta situación.
San Rafael en superficie cultivada, ocupaba el segundo lugar dentro del territorio mendocino, con el 11,48% dado por sus 16.181 hectáreas cultivadas. En el año 2003, el departamento alcanzó con su producción el 12% de toda la provincia, 16.923 hectáreas. Durante 2006 la producción local significó sólo el 10,64% del total provincial, mientras que en 2008 había bajado ya al 10,03%, las hectáreas eran entonces 15.856, y al año siguiente descendió a 15.428 hectáreas, lo que representaba el 9,69% del total en 2009. Actualmente es inferior al 9%, similar a los niveles que presentaba en las primeras décadas del 1900.
“El último censo arrojó que San Rafael poseía unas 14.300 hectáreas de viñedos, pero hoy seguramente estamos por debajo de las 14.000. En parte se debe a la reconversión que se presentó en los últimos tiempos de vitivinícola a frutícola, en especial con la ciruela”, expresó Asens.
“Es una realidad que la gente abandona las fincas cuando no es negocio sino que se vuelve una carga, que sólo da pérdidas”, afirmó. Y explicó que esta es una de las razones de la reducción de hectáreas cultivadas con viñedos. “Se abandonan las fincas por esta crisis general del sector, y también por la falta de agua para regar, se secan las plantas y se deja el campo”, aseveró.
En San Rafael, donde las parcelas medias rondan las 5 hectáreas, los viñateros se integran a otras actividades como la fruticultura o la horticultura. Si bien, tal vez son más lentos para las reconversiones, esta situación los fortalece, ya que al no tener grandes paños que caen en las crisis y suben en las bonanzas, mantienen cierto equilibrio.
Más allá de la crisis mencionada, Asens rescató la ventaja competitiva con la que cuenta el oasis donde se encuentra inserto San Rafael.
“Tenemos baja proporción de uvas criollas -un 28%- y si sumamos la moscatel y la Pedro Giménez alcanzamos el 36%, mientras que tenemos altos porcentajes de otros varietales”. Otra ventaja es que en San Rafael no hubo durante estos últimos meses tantas lluvias, lo que permitió obtener una mayor sanidad de uvas y de los caldos. Además, en los últimos cinco años, el sureño es el oasis menos castigado por el granizo.
Alvear se suma al reclamo por las retenciones
La Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería de General Alvear, a través de un comunicado, criticó el anuncio de la presidente Cristina Fernández y del ministro de Economía Axel Kicillof al beneficiar con reintegro de retenciones a pequeños productores de soja y trigo.
"No hace más que discriminar a las economías regionales al no tenerlas en cuenta al momento de otorgar el beneficio de devolución de retenciones que si tendrán los pequeños productores de soja y trigo".
Indican también que "la situación de la vitivinicultura, la producción frutícola (fruta en fresco e industrializada), hortícola y también de aceite de oliva es tanto o más grave que la que atraviesa el sector de los granos".
El atraso cambiario y la inflación tienen un alto impacto en los costos de una actividad que ocupa mayor cantidad de mano de obra, requiere de cuidados exhaustivos de las propiedades y los cultivos para llegar a los mercados con cantidad y calidad y un detalle no menor, la alta incidencia en el valor final del producto que tienen los fletes para trasladar la producción desde la provincia hacia los puertos, señalaron.
“Un Gobierno Nacional que se jacta de ser inclusivo no puede diseñar políticas económicas solamente para la Pampa Húmeda ignorando el esfuerzo que realizan los productores de esa Argentina profunda que dicen conocer. Consideramos que urge realizar las gestiones necesarias para que la producción primaria de Mendoza también pueda acceder al beneficio en las mismas condiciones que el sector de los granos, caso contrario sería continuar postergando a miles de familias mendocinas”, concluyeron.