En su almuerzo de ayer a solas con Mirtha Legrand, Marcelo Tinelli reveló, entre otras cosas, que no piensa alejarse la televisión en 2016 y que si llega a ser elegido presidente de la AFA va a manejar ambas cosas con la misma intensidad.
“¿Y cómo vas a hacer con el programa?”, le preguntó entonces Mirtha. “Y... podríamos llegar a grabar los cuatro programas en un día”, respondió el conductor, a lo que Mirtha agregó que esa solución exigiría un esfuerzo sobrehumano de los participantes. “Sin embargo, este año ya lo hemos hecho y a mí me apasiona mucho”, respondió Marcelo, dejando claro que le preocupa muy poco la sobreexigencia a los bailarines que hacen el programa.
En cuanto a su relación con Guillermina Valdés contó que están muy bien aunque, para preservar la relación, viven en pisos separados, cada uno en su departamento. “Así, cuando tenemos ganas de estar juntos hacemos familia ensamblada y cuando no, cada uno se va a su casa”.
Los tatuajes de su hija Candelaria fueron otro de los temas de la mesa. Marcelo reconoció que le causó cierta molestia verle la espalda y la cola al desnudo en Instagram. “Me pareció innecesario que los mostrara y tuvimos una discusión por eso”, dijo, y agregó: “pero ahora cuando la veo me encanta cómo está tatuada.
También se refirió el enojo del turco Ergün Demir al ser eliminado del “Bailando...” (le dijeron “trucho” y lo tomó muy mal, al punto de querer irse del país y abandonar la obra de teatro que va a hacer).
Finalmente se quebró al recordar a su amigo Juan Alberto Badía cuando la producción del programa pasó un video en homenaje al recordado conductor y mentor de Tinelli, que precisamente ayer hubiera cumplido 65 años. “Fue una persona con unos valores increíbles, yo hice televisión gracias a él”, dijo Marcelo muy emocionado y entre sollozos.
