Muchos nombres trascendieron, los dirigentes se reunieron con unos pocos y ayer finalmente se acabó el misterio. Ni Delfino, ni Lippi y ni cerca Caruso Lombardi.
El nuevo entrenador de Independiente Rivadavia se llama Alfredo Jesús Berti. Sí, el Loco; aquel que se consagró campeón con Newell’s Old Boys y con el Boca de Carlos Bianchi. El nombre rompió con todos los pronósticos y no había registros inmediatos en la memoria de Berti como entrenador.
Es que había remontarse bastante tiempo. Berti debutó como entrenador en julio de 2014 cuando Gerardo Martino dejaba Newell’s para emigrar nada menos que al Barcelona. Dirigió 37 partidos quedándose con el 48% de los puntos que disputó: ganó 13, empató 14 y perdió. Su Newell’s convirtió 49 goles y le marcaron 38.
No fue buena su performance en la Copa Libertadores, donde la Lepra ganó 2, empató 2 y perdió 2. Se tuvo que ir en primera rueda tras caer con Atlético Nacional de Medellín y allí el exvolante central del club presentó su renuncia. Al mes siguiente asume en Aldosivi de Mar del Plata, que pretendía ascender (el transitorio 2014 ponía 10 ascensos en juego).
Su paso fue fugaz ya que dirigió 10 partidos (3 victorias, 4 empates, 3 derrotas) y su pobre efectividad (43%) lo dejó rápidamente afuera del Tiburón. Se fue en octubre de 2014. Desde allí que no hay más antecedentes de Berti hasta ahora. Viene al Azul . Y el desafío es grande.
Lo que le espera al loco Berti
Las especulaciones con las que se maneja Independiente desde el inicio de temporada hablan de 65 puntos como cosecha mínima para asegurarse su permanencia en la B Nacional. Es decir que para llegar al objetivo, el Azul debe sumar aún 27 unidades. La cuenta no es menor.
Y si pensamos que restan 48 por jugarse, Berti deberá lograr un 56% de efectividad en los 16 encuentros que le quedan por delante. Habrá que arremangarse. Y también prender velas.
