Ver últimamente esta campaña política me hace preguntar, ¿por qué me lastima tanto?, ¿Por qué me recuerda el pasado de mi patria, del fascismo, de la última guerra?
Quisiera no tener que recordar más nada y en vez de volver al pasado, saber de verdad hacia donde vamos y hacia donde queremos llegar.
Me pregunto cómo puede ser que tanto costó tener unos pocos ladrones de dineros públicos presos cuando por tantos años lo único que tuvimos fueron encubrimientos.
O cómo puede ser que hayamos tenido tantos escándalos de corrupción tremendos y que, sin embargo, los que cometieron tamaños desastres quieran volver a gobernarnos.
¿Qué es lo que hicieron cuando gobernaron? Pero lo que más me preocupa es que una parte de los argentinos siga apoyando a políticos reprochables que en cualquier parte del mundo estarían presos.
Políticos que en vez de defender al país hasta se oponen a que hagamos tratados con la Unión Europea. En cambio yo creo, perdón mi ignorancia, que sería muy bueno abrirse al mundo, al cual por años no tuvimos entrada.
En este momento nosotros, el pueblo, debemos mirar a la justicia y unirnos en su defensa porque yo, sinceramente a Cristina y a sus acompañantes le tengo un gran miedo. Basta con ver la cruel realidad de Venezuela.
Yo no soy una gran empresaria, soy simplemente una cocinera, formo parte de una familia que hizo y hace mucho sacrificio para sostener la empresa con el trabajo.
Por eso no puedo permitir que un Moyano, este gran sindicalista riquísimo y maleducado que en sus arcas nadie puede husmear, te ofenda con esa gran agresividad que es sólo para defender sus millones y mantener esa grieta que ellos mismos crearon.
¿Puede ser que no haya ni un mínimo de leyes?, ¿puede ser que la hija de una expresidenta tenga 5 millones de dolares y no se la pueda juzgar?
Pero sin embargo yo sigo teniendo esperanzas porque sé que Argentina será un país maravilloso cuando se termine de pensar que se puede vivir robando y de arriba.
Muchas gracias, perdonen, pero les escribo lo que siento y me duele en el alma (mientras escribo estas humildes reflexiones, me veo cuando tenía 11 años y recuerdo a un joven partisano que colgaron los nazis tres días y tres noches, cubierto de nieve, sin que nadie se atreviera a tocarlo, por el Miedo, que hoy de algún modo siento renacer).
María Teresa Barbera
CE 29.891
