La lamentable situación planteada con el caso Santiago Maldonado, sirvió también para sacar a flote un problema que se va multiplicando en el Sur del país y del que los argentinos -a excepción de muchos damnificados directos- no tomábamos en cuenta por no contar con la suficiente información: que en esa zona se realizan cortes permanentes de la principal ruta de comunicación (la 40); que existe un grupo "ultra", rechazado por las principales organizaciones indígenas, que, a través de un comunicado, anunció que ha declarado "la guerra" a Chile y a la Argentina, con el fin de conseguir ser una nación independiente y que parece dispuesto a continuar con su accionar ocupando tierras y realizando atentados en diferentes sectores. Hasta manejan lo que ellos llaman "territorios sagrados", a los cuales no pueden ingresar funcionarios de la seguridad o de la Justicia.
Es necesario que desde los organismos que correspondan surja información sobre los planteos realizados por los mapuches, a efectos de evitar que, como sucedió -y sucede- en Chile, la gente tome conciencia de lo que ocurre sólo cuando se producen graves hechos de violencia.
De acuerdo con el diccionario, el término "territorio" se refiere a una "extensión de tierra que pertenece a un Estado, provincia u otro tipo de división política, como el "territorio peninsular".
Por su parte, el inciso 17 del artículo 75 de la Constitución Nacional señala expresamente que se reconoce "la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos", garantizando "el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos".
De manera tal que la Constitución hace clara y expresa alusión a la propiedad comunitaria de las "tierras" que ocupan y no a los "territorios".
Sin embargo, en los últimos días grupos de mapuches "ultras" ocuparon varias hectáreas en el ingreso al lago Mascardi, en Bariloche, mientras fueron diluidos dos atentados con bombas en pozos petroleros de Neuquén.
Ese grupo asegura que no es "argentino ni chileno. Somos Nación Mapuche. Todo el territorio libre y recuperado para todo nuestro pueblo", con un mensaje con contenido político al asegurar que sus enemigos son los "huinca capitalistas, sus empresas y el estado opresor", criticando al Club Andino Bariloche, por "representar intereses de la burguesía y el fascismo local".
Advierte finalmente que resistirán "a sangre y fuego" a las petroleras y a las minerías del Sur. Inclusive han decidido no respetar a las autoridades oficiales y se rigen por sus propias normas y por lo que decide su "lonco", o gobernante. Se trata de grupos minoritarios, en razón de que la gran mayoría del pueblo mapuche está dispuesta a vivir en paz, pero también debe considerarse que ese mensaje duro suele ser absorbido con mayor facilidad por la población joven.
El conflicto mapuche se potenció con el retorno de la democracia en Chile, en 1990, en zonas de la Araucanía y del Bíobío, oportunidad en que presentaron una serie de reivindicaciones étnicas que giraban alrededor de tres ejes: la autonomía jurisdiccional (derecho propio), la recuperación de las tierras ancestrales y el reconocimiento de la identidad cultural. Con el correr del tiempo, esos reclamos se volcaron hacia el pedido de un "territorio" o "nación" independiente. Dichos planteos ahora se han instalado en la Argentina.