Irrigación avanza en la regularización de pozos de agua subterránea que están siendo explotados desde hace décadas sin haber completado la concesión. De los 18 mil pozos que hay en la provincia, 4 mil se encuentran en esta situación. El organismo ha hecho inspecciones en terreno y desde que se fijó este objetivo, a mediados de 2017, se han regularizado 60, los últimos 10 publicados ayer en el Boletín Oficial.
Esos 60 están en la cuenca del río Tunuyán Superior, la que se ha priorizado dado que tiene restricciones en cuanto a la disponibilidad de agua, según detalló Sergio Marinelli, superintendente de Irrigación.
Es justamente en esa zona donde se ha dispuesto no otorgar nuevos permisos para explotar pozos, por lo que los que ya se hayan solicitado quedarán en espera de manera indefinida.
Marinelli explicó que primero el superintendente otorga el permiso para hacer una perforación y luego, si se encuentra agua, se deben realizar estudios técnicos. Con ellos y determinados parámetros, otorga la concesión el Honorable Tribunal Administrativo de Irrigación, conformado por los consejeros de cada cuenca.
Sin embargo, hay pozos perforados desde la década del '70 que no habían llegado a esa última instancia y estaban siendo explotados. "Les faltaba el título, es como si estuvieses usando un auto que no tiene la tarjeta verde, es una cuestión dominial", dio como ejemplo. Mencionó que legalmente estaban en falta porque no tenían la concesión pero que mucho tenía que ver la falta de avance de las solicitudes dentro del Departamento.
Por otra parte, sí prosperaban solicitudes posteriores: cuando alguien cerraba un pozo se lo habilitaba a abrir otro aunque ese pedido fuese posterior.
Es por eso que se decidió ordenar y dar prioridad a los pedidos más antiguos.
Los publicados ayer son 10 pozos: cuatro en Tupungato y seis en Tunuyán para campos de entre 27 y 72 hectáreas cultivadas.
Restricciones
Las reservas subterráneas se alimentan de agua que escurre de los ríos o por el riego. Por ello, la sequía que atraviesa la provincia desde hace una década afecta la disponibilidad de este recurso. Por otra parte, el titular de Irrigación explicó que el acuífero se comporta de manera diferente según la zona, aunque se trate del mismo río.
Por ello, lo que se hace es determinar qué caudal hay disponible y licitarlo. Pero hay zonas en Tunuyán (irrigadas por el río Tunuyán Superior) y Tupungato que tienen restricciones porque son las que menos agua tienen. En ese marco es que se ha iniciado por allí el ordenamiento y se ha dispuesto no otorgar nuevos pozos en las zonas Norte y parte del Centro de ese acuífero.
Marinelli dijo que también hay restricciones en algunas zonas del río Mendoza por la calidad. En los demás acuíferos no hay restricción pero sí un caudal controlado. "En el resto de la provincia como no había inconvenientes se liberó, cuando se pide un permiso se da", apuntó el funcionario.
Ocurre que si se saca más agua de lo que puede reponerse, se corre el riesgo de agotar esta reserva, por eso hay cupos de caudal.
"Los estudios indican que podría agotarse, el suelo y subsuelo son como una esponja, si se saca más que la recarga mucho tiempo, se achican mucho los orificios, se compacta y no vuelve a recargar", detalló Marinelli.
Dijo que por otra parte, 9 mil pozos extraen el agua con el uso de electricidad y que en esos casos hay una auto-regulación por parte de los productores debido al costo que ésta tiene.
Flexibilidad
En 2017 se inició un meticuloso proceso para evaluar la situación de los 18 mil pozos que tiene la provincia. Para ello se conformaron dos brigadas con equipos técnicos y equipamiento, que incluyó drones- que evaluaron entre otras cosas las características del pozo, la superficie irrigada, el tipo de suelo y cultivo. Esto permite evaluar si el uso que se hace del recurso es el adecuado y es lo mismo que se tiene en cuenta para otorgar nuevas concesiones.
En este caso se ha dado cierta flexibilidad en cuanto a los requisitos y papelerío a presentar, ya que se han aprovechado expedientes anteriores para evitar dilaciones. Por otra parte, se ha eximido a los usuarios del pago de una tarifa por el trámite de concesión.
Como contrapartida, "el concesionario está obligado a instalar instrumentos de medición modernos y tomar los recaudos adecuados para el correcto funcionamiento de los mismos, por lo que deberá otorgarse un plazo prudencial para su cumplimento en caso de no tenerlos instalados a la fecha", estipula la resolución 742/19.
Ahora se concesionan por 50 años
Según explicaron desde Irrigación, las nuevas concesiones de pozos de aguas subterráneas se otorgan por 50 años. Hasta ahora no era así sino que se hacía de por vida. De todas formas, Sergio Marinelli, superintendente del Departamento General de Irrigación, no descartó que en algún momento se revise el otorgamiento indefinido.
La resolución 742/19 publicada ayer en el Boletín Oficial considera esto una "concesión lo suficientemente razonable para que la inversión sea rentable, permitiendo el crecimiento agrícola y el desarrollo productivo provincial".
El permiso cuesta 200 mil pesos
El permiso para tener un pozo de agua cuesta 200 mil pesos. A eso hay que agregar un canon anual que se paga en cuatro cuotas y cuyo valor depende del diámetro de la perforación y la cuenca en la que esté. Puede rondar los 25 mil pesos al año.
El oasis Norte, gracias al río Mendoza y el Tunuyán inferior en la zona Este, son los que más pozos tienen: 8 mil. El oasis Centro, en el Tunuyán inferior, tiene 2.500; y el oasis Sur, 4 mil.
Hay además 2.500 repartidos entre Malargüe y Lavalle, y algunos otros en zonas marginales.