Después de los incendios en los cerros Arco, Gateado y Vizcacheras del fin de semana pasado, que dejaron como saldo 16.000 hectáreas de campos arrasados, la mira ahora está puesta en ocho sitios de gran peligro.
La pérdida de flora autóctona que dejó el incendio es enorme y el paisaje de quienes habitualmente realizan trekking por esa zona sufrió cambios que se verán durante años.
De hecho, vecinos de la zona señalan que con la quema de pastizales quedaron al descubierto espacios llenos de basura que antes tapaban las jarillas y los coirones.
Pero el temor continúa: hay otros ocho sectores del territorio provincial que son considerados de "alto riesgo" y cualquier elemento que haga arder los pastizales podría desatar una catástrofe similar.
Por ello, desde el Programa Provincial del Manejo del Fuego (PPMF) y la Secretaría de Ambiente comandada por Humberto Mignorance mantienen una estricta atención sobre estas zonas.
Según detalló Guillermo Ferraris, titular del PPMF, se trata de sitios tales como la Crucesita y Villavicencio, en el Gran Mendoza, pero también de áreas que abarcan casi todo el sur del departamento de General Alvear, el este de San Rafael, la zona de Corral de Lorca al este (General Alvear). Además, todo el sur y el este del de La Paz (Ruta 77 hasta la ruta 146 en La Horqueta), la Reserva de Ñancuñán y el sur de Santa Rosa, desde la ruta 7.
A principios de año se vivió un verdadero infierno en Corral de Lorca, donde más de 30 mil hectáreas fueron alcanzadas por el fuego, produciendo pérdidas cuantiosas en la semana que duró.
“Situación complicada”
Ferraris aseguró que la situación provincial es complicada, ya que hay presencia de pasto fino (como coirón), en abundancia. "Es lo que llamamos 'combustible'. Si lo normal por hectárea es que haya 600 kilos de este material, en las zonas de alto riesgo hay 1.800 kilos. Es el triple. Y en algunos lugares hay mucho más y con continuidad: si hay fuego allí será difícil de detener", dijo el especialista.
Por otro lado, dijo que esta cantidad es difícil de contener sobre todo porque está seco. "Si no interviene la mano del hombre o no se producen tormentas eléctricas no hay peligro de que se enciendan, pero si eso ocurre, se incendiarán con facilidad", explicó. Y agregó que sucede lo mismo que si "se cae el tendido eléctrico en el medio del campo o explota un transformador".
Equipamiento
Respecto del equipamiento disponible, Ferraris estimó que está completo. Que pese al uso intensivo que se hizo para combatir las llamas en el cerro arco, están en condiciones de enfrentar otro siniestro de características similares.
De todas formas, el titular del PPMF advirtió: "El equipamiento que fue utilizado en el pedemonte en general está bien, pero hay que reponer muchas herramientas que sufrieron daños severos".
Los albañiles: héroes silenciosos
Según contaron desde los barrios Alto Challao y Corredor del Oeste, los primeros en frenar el fuego del pedemonte, en el cerro Arco, durante el fin de semana pasado, fueron los albañiles que trabajaban en las construcciones de los mencionados barrios.
"Era la hora de salida, así que estábamos todos cerca. Hicimos barreras con piedras y zapas", contó Juan Rodríguez, uno de los obreros que se encontraba en el lugar el pasado fin de semana.
Además, comentó que trabajaron con sus zapas por más de tres horas para evitar que el fuego llegara a las inmediaciones de las casas que están edificando.
"Terminamos heridos, con quemaduras en la cara. Los bomberos nos mojaban la ropa", contó el trabajador.
"Los albañiles salvaron el pedemonte. Fue gracias a ellos que no llegó el fuego a las casas. Ellos lo frenaron", reconoció Ignacio Rogé, uno de los vecinos de la zona.
