Alrededor de 2.400 millones de personas a nivel mundial carecen de inodoros y 946 millones –aproximadamente 1 de cada 8 habitantes del mundo– defecan al aire libre.
Mientras tanto, unos 159 millones de niños y niñas menores de 5 años de edad sufren retraso en el crecimiento y otros 50 millones padecen emaciación (peso inferior con respecto a la edad) por enfermedades asociadas a esta causa.
La falta de saneamiento, y especialmente la defecación al aire libre, contribuyen a la incidencia de la diarrea y a la propagación de parásitos intestinales, que a su vez causan desnutrición.
En la India, por ejemplo, 570 millones de personas (casi la mitad de la población) hacen sus necesidades al aire libre (foto 1), mientras que en Níger, el 73% de la población lo sigue haciendo (2).
En Bolivia, aún hay comunidades rurales que carecen de saneamiento mejorado (3), y en Myanmar 80% de la población utiliza letrina, considerada un sistema de saneamiento mejorado (4).
En Malawi, en tanto, hay avances: 41% de la población ya tiene acceso a saneamiento mejorado (5).