La oscuridad con la que finalizó el choque entre Independiente Rivadavia y Crucero del Norte, donde el equipo misionero ganó por 2-0, parece ser el fiel reflejo del presente de la Lepra, que prácticamente se despidió de la lucha por uno de los ascensos a Primera División.
Si bien aún cuenta con chances matemáticas, el Azul no ha demostrado a lo largo del torneo tener lo necesario para quedarse con uno de los cinco lugares que premian con un ascenso en la Zona B.
Lamentablemente la tarde hoy no fue la excepción ya que el equipo de Garnero, consciente de lo que se jugaba, saltó dormido al césped del estadio Andrés Guacurarí y lo pagó muy caro al minuto de juego, cuando el ex Gimnasia Gabriel Tomassini ganó en las alturas y puso la tempranera ventaja para el local.
Independiente nunca pareció haber acusado el golpe y el Colectivero siguió dominando las acciones en esa etapa y hasta tuvo oportunidades para ampliar la diferencia. Algo que consiguió en el complemento, cuando la Lepra evidenció una mejora anímica y futbolística.
El Azul “cambió el chip” en los segundos 45´, pero los buenos intentos siempre se diluyeron en los metros finales o acabaron en las manos de Caffa, el arquero de los misioneros.
Daniel Garnero movió el banco y puso toda la carne al asador, pero esto poco le importó a Diego Torres y, en una contra, el ex Quilmes puso el 2-0 y sentenció la historia, cuando la penumbra ya había ganado el cielo de Misiones.
Mauro Gianinni pitó y significó una nueva derrota para Independiente, pero ese pitazo de Gianinni parece haberse quedado también con las ilusiones de ascenso en el equipo del Parque.
