Basta con salir a hacer un recorrido por las paradas de trole para darse cuente del ánimo que tienen los usuarios. Trabajadores, estudiantes, jubilados y demás, son víctimas a diario del mal funcionamiento del transporte público.
Veinte, treinta, cuarenta y hasta cincuenta minutos pasa la gente esperando y, cuando al fin viene, los más religiosos elevan plegarias y los menos creyentes se amparan en la bondad del destino, ambos con el mismo objetivo: que la unidad importada de Canadá no se rompa.
Las quejas principalmente son por dos motivos: por un lado está la frecuencia con que pasan los troles por las paradas que en muchos casos supera los cuarenta minutos y, por el otro, el estado en el que se encuentran las unidades que varias veces se rompen en pleno recorrido y los pasajeros tienen que esperar a la siguiente.
Varios usuarios expresaron su malestar a
Los Andes
con quejas claras y contundentes sobre la frecuencia y el estado de las unidades.
Ignacio, un profesional de 47 años y asiduo pasajero de la línea Pellegrini comentaba con rabia: “algunos días esperé más de 50 minutos y opté por irme caminando, pero eso no es algo poco común, yo trabajo en el centro y utilizo el transporte a diario pero realmente es muy difícil tener certeza sobre el horario en el que va a pasar”.
“Estoy harta, me paso más de media hora esperándolo y cuando al fin llega a los quinientos metros de andar se rompe. Es un desastre como tratan a los usuarios, pagamos por un servicio que está en un estado deplorable”, se lamentó Rosa, una jubilada de 72 años.
Victor, un jubilado de 75 años que toma la línea “Godoy Cruz – Parque” denunciaba con bronca: “ayer esperé 50 minutos en Godoy Cruz, es un desastre el estado y el funcionamiento de los troles”.
“Generalmente lo espero más de 20 minutos y no se respetan las frecuencias”, comentó Ariel de 31 años que también utiliza la misma línea. Adrián, comerciante de 36 años manifestó: “es un desastre el servicio, yo tomo el que va al Parque y me canso de esperar, sin ir más lejos ahora mismo pasaron dos Godoy Cruz – Las Heras, un Pellegrini y el que yo espero todavía no llega”.
Ni bien terminó de hablar, juntó a otros pasajeros que iban al mismo destino que él y se fueron en taxi.
El delegado sindical de ATE en la Empresa Provincial de Transporte Mendoza (EPTM), Jorge Chávez comentó a
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que las demoras en las frecuencias de la línea que va desde Las Heras a Godoy Cruz, se debe, en parte, a trabajos que está realizando Aguas Mendocinas en diferentes zonas por lo que se ve alterado el recorrido habitual.
Cabe aclarar que debido a la restricción que les impone la Dirección de Vías y Medios de Transporte, durante el verano se ve afectado el 30 por ciento del parque automotor del que dispone la empresa.
“Ni bien terminan las clases a mediados de diciembre tenemos que reducir la cantidad de vehículos en un 30 por ciento, esto se traduce en que de las 45 unidades, 7 las tenemos que dejar en el control, y recién el 25 de febrero las reincorporamos”. Explicó Chávez.
Sin embargo, Chávez no dejó de lado un problema estructural que tiene la empresa y que va más allá de la restricción veraniega que les imponen desde el Gobierno.
“Nosotros ya denunciamos esta situación en el año 2009 cuando se compraron las 82 unidades a Canadá, de las cuales hay 45 en servicio y el resto son utilizadas para desguace”, y añadió: “lamentablemente los pasajeros y los empleados de la empresa son los que pagan los negociados que se hicieron en su momento, la última compra de unidades fue una muy mala inversión”.
“Con los troles que se compraron a Canadá vamos a tener siempre el mismo problema en verano, son unidades que en su país de origen trabajaban a una temperatura ambiente de 10 grados.
Obviamente que si a esas unidades las ponemos a trabajar en Mendoza, en pleno verano, y con 30 grados se van a romper, se queman los capacitores y el vehículo queda inmovilizado”, finalizó Chávez.