Aunque se sabía que el fenómeno El Niño iba a provocar más precipitaciones en la provincia durante el verano, las lluvias casi no han dado un respiro desde el lunes. Para entenderlo, entre las 22 del miércoles y las 9 de ayer, en la zona del dique Cipolletti cayeron 94 mm, casi la mitad de la media anual de Mendoza, que es de 200 mm.
En las estaciones ubicadas en La Puntilla y en Divisadero Largo precipitaron, en el mismo lapso de 11 horas, 54 y 52 milímetros respectivamente. Aún más, se espera que las lluvias continúen hasta mañana.
De hecho, el Servicio Meteorológico Nacional emitió un alerta de probables tormentas fuertes para distintas áreas del país, incluida Mendoza. E informaron que algunas de estas podrían causar "abundante caída de agua en cortos períodos de tiempo, ocasional caída de granizo, ráfagas e importante actividad eléctrica". Ante esto, desde Defensa Civil de la provincia difundieron algunas recomendaciones sobre cómo actuar en caso de lluvias intensas y de tormentas eléctricas.
En la estación El Plumerillo del Servicio Meteorológico Nacional indicaron que para hoy se espera ascenso de temperatura y precipitaciones aisladas durante la madrugada y nuevamente a la noche. El sábado las condiciones serían similares, con nubosidad variable y lluvias. Recién para el domingo, comentó el pronosticador de turno, dejaría de llover. En este sitio, detallaron, cayeron 22 milímetros el lunes, 26 el martes, 2 el miércoles y 5 ayer.
Sin embargo, desde Defensa Civil comentaron que, entre las 22 del miércoles y las 9 del jueves los registros de diferentes estaciones arrojaron que en El Peral, San Isidro y Casa de Piedra precipitaron 1 a 2 mm, mientras en Cipolletti 94 mm, La Puntilla 54 mm, Divisadero Largo 52 mm, Chacras de Coria 33 mm y en el Dique Frías 18 mm. Por otra parte, las lluvias continuaron durante la jornada.
Daños y caída de árboles
Las tormentas estivales mendocinas se caracterizan por la caída de una gran cantidad de agua en pocos minutos, por lo que el suelo no tiene capacidad de absorber todo el líquido que se escurre y va ganando velocidad. Pero además, en los últimos días ha llovido de forma reiterada por lo que la tierra se ha saturado. A esto se suman otras condiciones que pueden explicar los daños producidos.
Sobre la caída de árboles -ayer se desplomó uno sobre un auto en calle Buenos Aires-, el ingeniero agrónomo Dardo Mur comentó que las tormentas ponen de manifiesto la situación crítica del arbolado urbano. Así, señaló que el envejecimiento y los malos tratos que sufren provocan que cuando el suelo se ablanda por el agua y sopla viento, se caigan, o se rompan ramas por el peso del follaje mojado.
Mur indicó que cuando se lavan las veredas con detergente para sacar manchas de grasa se afecta al sistema radicular, como también cuando se instalan o reparan tendidos de servicios, o se impermeabilizan acequias, porque es habitual que los operarios corten raíces. De esta manera, subrayó, el forestal pierde sustento.