Ahora la ciencia asegura que los bebés deben dormir en una cuna en el dormitorio de los padres. Esto reduce los riesgos de mortalidad relacionados con el período de sueño, como el síndrome de la muerte súbita del lactante, según la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP).
Esta práctica debe realizarse al menos durante los seis primeros meses, e incluso extenderse hasta el año de edad, precisó la asociación médica, que señaló que poner al bebé a dormir en la habitación de los padres reduce hasta en 50% el riesgo de muerte súbita.
El informe se presentó ayer en la conferencia anual de AAP, que se lleva a cabo en San Francisco (California), y se publicó en internet en la revista médica Pediatrics. Se trata de la primera actualización de las recomendaciones de la AAP desde 2011 para crear un entorno de sueño más seguro para los lactantes.
El informe de la AAP recomienda acostar a los bebés sobre su espalda en una superficie firme en la cuna, envuelta en una sábana bien ajustada, así como evitar mantas, almohadas o peluches que pudieran cubrirlos y generar un calor excesivo.
Los estudios también muestran que colocar al bebé boca arriba para dormir ha reducido la mortalidad por el síndrome de muerte súbita en un 53 por ciento entre 1992 y 2001.