La tormenta Harvey seguía causando desolación ayer en la costa estadounidense del Golfo de México: tras inundar vastas zonas de Texas, amenaza con sembrar el caos en Luisiana, donde sigue vivo el recuerdo del mortífero huracán Katrina de 2005.
Fuertes lluvias continuaban anegando esta vasta zona de llanuras del sur de Estados Unidos, complicando la labor de los socorristas, que trabajaban contrarreloj para encontrar sobrevivientes mientras la magnitud del daño era aún desconocida.
En Houston, cuarta metrópolis del país y en el corazón del desastre, “es probable que las catastróficas inundaciones continúen durante días después de que pare la lluvia”, advirtió la secretaria interina de Seguridad Interior, Elaine Duke.
Según los pronósticos, la región recibirá de 125 a 250 mm más de precipitaciones hasta el jueves, cuando se espera que finalmente se detenga el aguacero. Harvey, que impactó en la zona el viernes como huracán categoría cuatro, deja unas pocas muertes oficialmente confirmadas, pero ante la aparición de cadáveres flotando, los medios de comunicación calculan al menos 30 fallecimientos vinculados con la tormenta, con previsiones al alza.
Aún se desconoce el paradero de cientos de personas, aunque las autoridades estiman que puede ser por dificultades de comunicación con sus familiares.
En Luisiana se registraban “lluvias torrenciales” en el suroeste, luego de que Harvey tocara tierra temprano en la mañana de ayer como tormenta tropical cerca de la localidad de Cameron.
En Nueva Orleans, que conmemoró el martes el duodécimo aniversario de Katrina, que dejó 1.800 muertos, lloviznaba apenas, pero la ciudad se preparaba para lluvias fuertes e inundaciones repentinas.
“Comencé a rezar por la gente en Texas después de haber pasado por esa misma experiencia como sobreviviente de Katrina”, dijo Crystal Harris, empleada de un banco, mientras recibía donaciones para las víctimas de la tormenta. Debra Werner, una mujer de 65 años que también sufrió el embate de Katrina, se acercó a entregar comida para los rescatistas voluntarios. “Se me rompe el corazón”, dijo entre lágrimas.
“Después de haber presenciado de primera mano el horror y la devastación causados por el huracán Harvey, mi corazón está aún más con el gran pueblo de Texas”, tuiteó el presidente Donald Trump, tras visitar la zona la víspera. La Casa Blanca dijo que el mandatario volverá a Texas el sábado, y quizás también viaje a Luisiana.
Se espera que entonces el mandatario se reúna con los evacuados, algo que, según sus colaboradores, no hizo el martes para no interferir con las labores de rescate.
Inundaciones en Asia: 1.500 muertos
Más de 1.500 personas han perdido la vida hasta el momento en el sur de Asia, 1.300 de ellas en India, por las inundaciones de la estación monzónica de este año, informaron ayer las autoridades locales.
En Nepal y Bangladesh se registraron más de 140 muertos en cada país, la mayoría en la segunda semana de agosto, cuando llovió torrencialmente durante días, indicaron las autoridades y la Cruz Roja. Un tercio del territorio de Nepal y de Bangladesh quedó temporalmente bajo el agua.
El Estado de Bihar, en el noreste de India, fue el más afectado del país. Allí ya han muerto 514 personas, según los datos oficiales.
Además, en el este de India también se produjeron tormentas y la ciudad de Bombay quedó el martes prácticamente paralizada por las inundaciones.
El nivel de agua ya ha descendido en Nepal y Bangladesh. Sin embargo, eso hizo que aumentara la preocupación por el brote de peligrosas enfermedades.
DPA