Harán un particular “trueque” de semillas en San Carlos

Productores del departamento se unieron para rescatar variedades de hortalizas tradicionales de la región. El evento será hoy en Eugenio Bustos.

Harán un particular “trueque” de semillas en San Carlos

La iniciativa surgió de un grupo de agricultoras de Tunuyán preocupadas por recuperar la variedad, los sabores y la calidad de las hortalizas tradicionales de su región. Aseguran que las semillas “no deben tener dueños”, por eso invitan a intercambiarlas en un particular trueque que tendrá lugar hoy en San Carlos.

Pero no sólo los alimentos serán protagonistas hoy. Esta movida pondrá un énfasis especial en el rescate de semillas de árboles nativos. Frente a la crisis hídrica, productores y especialistas del INTA del Valle de Uco quieren fomentar el uso de especies locales -como el Algarrobo, Chañar, Chacay, etc.- en el arbolado público y doméstico.

“Queremos animarnos, inspirarnos e impulsarnos para volver a los orígenes, a lo natural, a las formas de cultivos de nuestros antepasados. Pretendemos ser guardianes de nuestro espacio y mejorar el suelo que nos alimenta”, sostienen entusiasmadas Margot García y Johana Ortiz.

Las mujeres pertenecen a un pequeño grupo de productores del Valle de Uco que hace tiempo vienen apostando en la zona por un agro “sin tóxicos y en suelos sanos”. Gracias a su iniciativa, ya se han realizado dos ferias años atrás en la zona, aunque no de la magnitud de ésta.

Ellos lo pensaron y luego se sumó la gente de la Agencia de Extensión INTA La Consulta. Así surgió este encuentro, que tendrá lugar hoy -de 11 a 18- en el IES 9-010 Vera Peñaloza de Eugenio Bustos, a metros de la terminal de ómnibus departamental.

Recuperar saberes
Además de canjear y recuperar las semillas que heredaron de sus padres y conservaron vivas en sus tierras, los productores compartirán experiencias y técnicas de cultivo. También habrá feria de productos locales y un espacio para la capacitación en temáticas como compost, ley de semillas y hornos solares.

“Es un intercambio de semillas, pero también de saberes. Detrás de cada semilla hay una cultura, un conocimiento genético, hay historias que no nos podemos permitir perder”, expone Laura Costela, especialista del INTA.

La institución tiene un particular interés en la convocatoria de los productores, pues esta colecta puede ayudar a incrementar la cantidad de variedades que se conservan en su banco de germoplasma. Este es el único del país especializado en la custodia de semillas auténticas de hortalizas que se producen en las distintas regiones de la Argentina. En este sitio hay más de 2.500 variedades de semillas de estos cultivos.

“Por mucho tiempo las semillas nativas, transmitidas de generación en generación, fueron desvalorizadas por los mismos productores frente a las exigencias o presupuestos del mercado. Ahora esta visión está cambiando”, explica la ingeniera Inés Lorello. “Hay una ola de interés, más gente involucrada”, apunta Margot.

Las mujeres señalan que -poco a poco- crece la demanda de los consumidores que buscan los sabores tradicionales o el poder elegir entre distintas variedades que parecían haber desaparecido.

Por ejemplo, hay decenas de tipos de tomate por rescatar y que permitirían mejorar la calidad tan criticada de los que deambulan en el mercado. Algunas variedades que están volviendo a valorarse son los ‘trompa de elefante’, los platense o cherrys de distintos colores.

Rescatar y multiplicar estas semillas autóctonas permite conservar la diversidad genética de la agricultura nacional, pero también que el productor local diversifique su producción. “Se debe dar un cambio cultural”, sostiene Lorello, “que el agricultor valore sus semillas y las multiplique dejando algunas plantas para su conservación”.

Por su parte, García habla de falta de información y de mucha ignorancia respecto del manejo de las semillas. “Hay muchos intereses que escapan al productor, pero que éste puede optar por manejos más naturales y ecológicos dentro de su tierra”, agrega la agricultora.

Un tesoro agrícola

Pocos saben que en las instalaciones del INTA de La Consulta, San Carlos, funciona -desde hace más de 15 años- un banco donde se conservan semillas de todas las variedades hortícolas del país. Es uno de los cinco bancos de germoplasma que existen en la Argentina y el único especializado en horticultura. Los especialistas que allí trabajan custodian variedades colectadas en distintos rincones, desde Jujuy hasta Río Negro.

“A veces los productores entregan voluntariamente parte de sus semillas y otras, se realizan colectas programadas”, explica Lorello. Los grupos del INTA visitan pueblos aislados, donde se cree que no llegan las semillas industriales, y solicitan a los lugareños su colaboración con el banco.

En este sitio sancarlino hay más de 2.500 variedades de hortalizas. Para su mantenimiento, las semillas son deshidratadas (al 5% de humedad) y se guardan en cámaras oscuras y frías (de 3 a 5 grados).

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