Luego de más de dos años de funcionamiento con escaso control del estado municipal, la comuna de Santa Rosa busca ahora poner en regla a la feria La Salada. La feria nunca pagó tasas municipales ni tampoco tiene la habilitación para funcionar, pese a que en su predio de ruta 7 hay instalados más de 900 puestos y el lugar recibe a miles de compradores cada fin de semana.
Norma Trigo, la presidente del Concejo a cargo de la intendencia, tiene entre sus prioridades la de normalizar el funcionamiento de la feria antes de dejar el cargo: "No queremos que se vayan pero sí que cumplan como cualquier otro comercio".
La feria La Salada abrió sus puertas en setiembre de 2013, luego de un acuerdo entre el ex intendente Sergio Salgado (FpV) y el dueño de la feria, Jorge Castillo, que prometieron un "polo de desarrollo empresarial y textil para el oeste argentino", aunque la realidad es que la comuna hizo pocas inspecciones al lugar y permitió la precariedad de estructuras e instalaciones.
Esto es así, al punto que hoy la feria funciona sin luz eléctrica, luego de que un control del Ente Provincial Regulador Eléctrico (Epre) determinó un alto riesgo en La Salada.
"Están sin luz desde hace varias semanas porque se la cortaron y así atienden a los clientes. Solo algunos locales tienen un generador propio", explicó la concejal Débora Quiroga, que este fin de semana realizó una visita al lugar, como parte del proyecto municipal para poner a la feria en orden.
"Están trabajando para solucionar los problemas que se detectaron en el cableado, que muchas veces no estaba aislado o que viajaba en contacto con chapas o rejas", agregó la concejal y señaló que la comuna será la encargada de habilitar la instalación eléctrica, "aunque sea por etapas y a medida que vaya quedando en condiciones".
El ex intendente Salgado había denunciado este año, luego de un quiebre de su relación con Castillo, que La Salada le debía al municipio dos millones de pesos en concepto de tasas, a lo que el empresario contestó, durante una reunión en el propio Concejo Deliberante, que en realidad era la comuna la deudora de la feria, ya que el municipio se había quedado durante todo este tiempo con el dinero de la playa de estacionamiento, una cifra que Castillo calculó en diez millones de pesos.
Ante estos reclamos cruzados, Norma Trigo trabaja en estos días junto al asesor legal de la comuna para determinar la estrategia: "La Salada no ha pagado tasas, siempre funcionó con problemas y por fuera de las reglas, algo que consentía Salgado. A mí puede gustarme o no la feria y de hecho he sido la que impulsó todas las investigaciones en estos años, pero no quiero que se vaya porque da trabajo a muchos santarrosinos que van a vender sus productos", dijo la intendente y completó: "No es mi deseo cerrarla, lo que quiero es que trabaje dentro de la ley y a reglamento, con las habilitaciones correspondientes y que pague al municipio y a la provincia".
Trigo subrayó que Salgado con Castillo "tenían un acuerdo de palabras y lo que necesitamos son papeles en regla, un plan de obras que se vaya cumpliendo y así vamos a habilitar la feria", dijo la jefa comunal santarrosina y cerró: "Esto hay que resolverlo en lo inmediato porque ya pasaron más de dos años de irregularidades. Lo que queremos a la brevedad es que cumplan con los requerimientos y que paguen".