Una vez más, más de medio millón de estudiantes que asisten a todos los niveles y turnos de la 2 mil escuelas mendocinas serán los protagonistas de un simulacro de sismo que se realizará mañana en tres horarios: a las 10.30, 15.30 y 20.30.
Con esta nueva experiencia, se buscará reforzar la concientización en el ámbito educativo y afianzar los mecanismos de acción necesarios para evitar accidentes mientras se produce un temblor.
En un territorio propenso a los movimientos telúricos, estos ejercicios se configuran como una de las claves al momento de trabajar en prevención. Así, la Dirección General de Escuelas (DGE), junto con Defensa Civil, ha organizado la puesta en marcha de un operativo que contará con el despliegue propio que exigiría el abordaje integral de un sismo.
Por eso, los niños, niñas, adolescentes, docentes, directivos y personal de maestranza deberán responder a las consignas pautadas al momento en que escuchen las bocinas de alarma.
Luego de mantenerse debajo de sus bancos durante los segundos que dure el supuesto temblor, de manera simultánea y en calma, deberán salir de los establecimientos para concentrarse en espacios abiertos cercanos, como las plazas.
Al mismo tiempo, en la escuela primaria N°1 - 639 Unidad Latinoamericana (ubicada en el barrio Santa Ana de Guaymallén) la comunidad educativa será testigo de un operativo que se realizará en tiempo real con el fin de poner a prueba los mecanismos de las distintas áreas del Estado involucradas en la mitigación de desastres naturales.
Así, personal de Defensa Civil y Bomberos efectuará las actuaciones de manera integrada para simular, por ejemplo, el traslado y atención de heridos; también se verán ambulancias y camiones. Por eso se espera que este sea un “mega-simulacro”.
Eduardo Andrades, coordinador de programas interinstitucionales de la DGE, dijo que desde febrero pasado se comenzaron a conformar mesas de diálogo con los directores de Defensa Civil de los municipios con la idea de trabajar las intervenciones de manera interinstitucional.
De hecho, el funcionario aclaró que el simulacro efectuado hace tres meses en el sector del Barrio Cívico dejó entrever la necesidad de organizar los operativos de manera conjunta para acudir en otras emergencias, como aquellas que se presentan por el viento Zonda, las granizadas o los aluviones en las escuelas ubicadas en zonas de montaña.
El colegio elegido para hacer converger las fuerzas de seguridad no fue al azar. Se trata de un establecimiento que requiere de mejoras de infraestructura y su salida da a la calle.
“El objetivo también es analizar los indicadores para ver cuáles son las tareas de infraestructura a realizar en las escuelas que lo necesiten”, detalló Andrades.