La escuela primaria Ricardo Rojas volvió ayer a lo más parecido a la normalidad, luego de vivir dos días de cámaras, medios de comunicación y denuncias. El colegio está ubicado en la Cuarta Sección y durante estos días perdió la tranquilidad que caracteriza a la zona después de conocerse
La causa está dando sus primeros pasos en la investigación para ver si se consideran un delito las acciones del profesor. Por el momento el cargo vacante ya fue ocupado por una maestra que comenzará hoy y desde la escuela buscan transmitir tranquilidad a los padres. La investigación está en manos de la Oficina Fiscal N° 13, que intenta recuperar las fotos y establecer con qué intención fueron tomadas.
Por su parte, la Dirección General de Escuelas (DGE) lleva a cabo la investigación vía administrativa y, según comunicaron, ayer notificaron al docente de que tendría una revaluación psiquiátrica completa.
"Queremos estar seguros si tiene las condiciones psicológicas necesarias para estar al frente de un grado. Esto no significa que vaya a volver a dar clases. Primero tiene que resolverse este caso vía judicial. La revaluación, que calculamos será en la semana próxima, es el primer paso a seguir en lo que nos toca a nosotros", indicó Walter Berenguel, director de Educación Primaria de la DGE.
Y agregó: "No estamos hablando de culpabilidad hacia nadie, sino de garantizar la seguridad de las niñas, y en el caso del docente, saber si se trató de un error o hubo algo más".
En busca del delito
Más allá de la condena social que hay sobre el tema y de la gravedad de las denuncias, no será fácil establecer la culpabilidad del profesor. Las fotos que suponen la evidencia fueron borradas de la cámara y con esto se disminuye la posibilidad de demostrar si se trató de un delito o no.
Desde la fiscalía que sigue el tema afirmaron que están en la etapa de tomar declaraciones a los padres de las niñas involucradas. "Ya hemos escuchado cerca de 10 testimonios de los 30 que involucra el caso", dijeron.
Según el relato de uno de los padres, la escuela estuvo involucrada en la desaparición de las evidencias: "Parece ser que el problema viene desde antes. El problema estalló el martes, cuando el profesor en lugar de fotografiarlas con el celular, como ya lo venía haciendo, directamente sacó una cámara. En ese momento una de las chicas avisó de la situación y desde la dirección llamaron al docente, le retuvieron el dispositivo y borraron los archivos. En cambio no pudieron quitarle el teléfono", comentó Silvia Giannasttasio, madre de una alumna de 4°.
Sin las fotos necesarias la causa intenta avanzar para demostrar si hubo un delito o no. "Van a ser claves en la investigación las dos testimoniales de las niñas que, según señalaron los padres, se negaron a fotografiarse y por esto fueron amenazadas por el docente con que les pondría un 1. Estamos trabajando en este punto y justamente ahora estoy volviendo de la comisaría sin tener todavía las declaraciones", indicó Gonzalo Nazar, fiscal de Instrucción de Capital.
Y acotó: "Esas declaraciones pueden hacer que la causa tome impulso. El argumento de las fotos es débil ya que, por un lado, fueron borradas y dependemos que fiscalía de delitos informáticos pueda recuperarlas. Pero además, al parecer, en su mayoría fueron tipo carnet y otras de medio cuerpo. Si se encuentra que no tienen ningún sentido sexual no habría entonces delito".
