Las chicas de Regatas, no habían dejado conforme en el debut del Nacional de clubes, pero ayer en su segunda presentación volvieron a al triunfo con contundencia, buen handball: fue una victoria holgada, por 32-13.
Las mendocinas sabían, que este partido sería una final, que un triunfo les otorgaba ticket para la segunda ronda de este torneo, en setiembre en Buenos Aires y sólo la juegan los cuatro mejores clubes del país.
Por eso no extrañó que Maca Sans y sus amigas salieran con todo a buscar el arco rival, pero sin descuidarse en defensa, sobre todo ante un equipo donde hay jugadoras veloces, de interesante juego, y de gran despliegue físico.
Antes de los 5’ Regatas ganaba 2-0, pero de a poco su rival comenzó a despertarse y el partido ganó en emoción.
Entonces las azulgranas se dedicaron a cortar el ímpetu de Cumehue de Chubut. Por eso los goles fueron escasos, pero siempre las locales estuvieron arriba en el marcador.
El primer cuarto terminó 6-3 a favor de las del lago y acá pesó el nerviosismo, porque hubo varios intentos frente al arco rival, pero a las chicas mendocinas les faltó puntería.
Los primeros 30 minutos terminaron 11-6 a favor de Regatas. La gran pregunta que rondó en las cabezas de los hinchas que llegaron hasta el Ribosqui de Maipú: era saber si el septeto local cerraría el partido a su favor y sin sufrir como en el debut ante Punto Sur de Mardel.
En el vestuario de”CMR” durante el entre tiempo algo ocurrió, porque la charla técnica seguramente se centró en la idea, que o se hacían goles o todo el trabajo se tiraba por la ventana y seguramente Stahringer pidió salir a jugar la media hora siguiente con convicción y tranquilidad: al todo o nada.
Regatas se transformó y cada vez que agarraron el balón terminó en gol y hubo casi diez minutos donde sacaron la ventaja suficiente y sellaron el pasaporte para la próxima etapa, la más dura.