Lo único que estuvo cerca de obstaculizar al inglés Lewis Hamilton en el Gran Premio de Italia fue una investigación sobre la presión de un neumático. Al final, después de tres horas y media, su séptima victoria del año quedó ratificada ayer.
El campeón y líder del Mundial lideró de principio a fin con el Mercedes sobre el mítico circuito de Monza. Pero se encontró que la cubierta trasera izquierda estaba 0,3 libras por pulgada cuadrada por debajo del mínimo de 19,5 libras al comienzo de la carrera a 53 giros.
No obstante, los comisarios decidieron no aplicar sanciones porque llegaron a la conclusión de que la presión estaba en correcto nivel cuando las llantas fueron colocadas en el monoplaza. "No estaba al tanto de eso, pero no es una cantidad importante en una rueda", dijo Hamilton al conocer la noticia.
Su coequiper, el alemán Nico Rosberg, debió desertar al incendiarse el motor faltando dos giros.
Los hinchas italianos pudieron celebrar la segunda posición del alemán Sebastian Vettel con la Ferrari, mientras que el brasileño Felipe Massa (Williams) fue tercero a raíz del abandono de Rosberg.