Algunos usuarios aprovechan las bondades y el alcance de las redes sociales para contar cómo se vive en Shanghái, China, una de las urbes del mundo en estricta cuarentena por la epidemia de coronavirus.
En un hilo de Twitter, un español que vive en esa ciudad (@Nyscalo) detalló el día a día desde que las medidas se intensificaron a fin de controlar el contagio. Más allá de ciertos datos vinculados a cómo el gobierno local intentó minimizar el impacto, el usuario aportó un análisis de la sociedad china y cómo se diferencia de su España natal.
"Sociológicamente, hablamos de otro planeta. La civilización china ha vivido oprimida casi siempre. Cultura de clases, emperadores absolutistas, dictadores políticos, etc. La dedicación, el esfuerzo y el bien común sobre las libertades individuales son valores asumidos en China", dijo.
El hombre precisó que los comités vecinales y las empresas deben enviar un informe diario al gobierno con datos precisos de los ciudadanos, en el que detallan "nombres, apellidos, documento de identidad, temperatura a las 10 am, lugares visitados en los últimos 14 días, contacto con afectados, síntomas".
También habló del uso del Big Data: hay un sistema de códigos "semáforo" que aparecen en el smartphone al escanear un QR: verde si no hay peligro; naranja para los que han visitado zonas sin riesgo durante los 14 días previos; rojo para los que deban permanecer en cuarentena.
"Aunque no está prohibido, la gente no viaja fuera de sus ciudades porque es probable que al volver tengan que guardar cuarentena. En las urbanizaciones solo dejan entrar a los residentes; en los lugares de trabajo solo a los empleados. Prohibidas las visitas. La situación es tal que una impresora de mi oficina lleva 2 semanas sin funcionar y no dejan entrar al técnico que tiene que arreglarla", agregó.
El tuitero ejemplificó que una ordenanza municipal obligó a reducir las mesas en restaurantes para aumentar la separación entre comensales, que las clases se mantienen online, que los cines están cerrados y que la hamburguesa cuenta con información del empleado que la preparó.
"Imaginaos que pedís un Big Mac y, cuando te llega a casa, un papelito te indica el nombre del cocinero y te asegura que su temperatura está por debajo de los 37,3 grados", señaló.
Además, si salís a andar en bicicleta, un agente te toma la temperatura: "Si das más de 37,3°, código rojo y para casa a hacer dos semanas de cuarentena". Los ascensores tienen marcas para que cada persona se ubique lo más lejos posible de la otra.