Hambruna

En la primera victoria de la era Labruna, el equipo demostró tener hambre y compromiso para dar vuelta una historia que otra vez había arrancado cruzada. Se dieron resultados ajenos y salió de la zona roja. ¿La frutilla del postre? Al fin gritaron los del

Hambruna

Justamente la 33 fue la fecha soñada. Derrota de casi todos los que pelean abajo junto al Lobo y goleada incluida a Gimnasia de Jujuy que le valió salir de la zona de descenso.

Se volvió a la victoria luego de cinco encuentros de quedarse con las manos vacías e hicieron goles los delanteros justo en la antesala a una semana decisiva en la que el Mensana define gran parte de su suerte en la categoría (en diez días deberá enfrentar a Estudiantes de San Luis, Sportivo Belgrano y Unión de Mar del Plata).

El Lobo asoma la cabeza, vuelve a dar indicios de que goza de buena salud. Sobre todo en lo actitudinal, en el carácter, en el trabar y ganar, en el no abdicar al primer golpe, en el convencimiento, en el volver a confiar en sus fuerzas.

En este aspecto, el equipo de Labruna goleó a su homónimo jujeño. Sí, en el resultado también pero lo futbolístico no es lo primero que debe destacarse de lo mostrado ayer.

Bien parado, ordenado y con muy poco de fútbol, Gimnasia terminó goleando a un apático conjunto jujeño que está a mitad de las dos tablas y parece ya no tener nada que hacer en la temporada. Los locales, por el contrario, se jugaban la ropa. Esto se notó en cada pelota que se disputaba, en la presión, con el frenesí que jugó uno y otro. Quedó a la vista de todos.

El Mensana también tenía en claro que no podía dejar pasar otra oportunidad. Había cedido puntos clave como local ante Juventud Unida de Gualeguaychú y All Boys que hicieron que la soga se ajustara semana tras semana un poco más al cuello. Ahora el panorama se clarifica de una manera impensada.

Ni el más optimista de los hinchas Blanquinegros se imaginaba que la victoria de ayer lo iba a hacer trepar dos escalones en la tabla de promedios y mirar de otra manera el horizonte cercano. Ahora un empate el próximo viernes en San Luis no se miraría con malos ojos, sobre todo sabiendo que el miércoles 23 será Sportivo Belgrano el que pisará el Legrotaglie. La final del mundo, “el” partido.

La gran noticia para el mundo Blanquinegro es que el equipo no salió de la cancha con la cabeza gacha. Se golpea el pecho y dice ‘acá estamos’, ‘no nos den por muertos’. Hay hambre y hay hombres.

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